23 de septiembre de 2015

Todo de mi...

Qué haría yo sin tu boca, embriagándome y luego lanzándome. Tienes mi cabeza dando vueltas. Te pienso a cada instante y más cuando estás lejos de mi. No te puedo oír; pero sí te puedo oler, no te puedo ver; pero sí te puedo sentir. Qué pasa por tu maravillosa mente? Estoy mareada, no sé que me golpeó; no puedo moverme; pero mi mente vuela hacia ti. Estaré bien.
Mi cabeza está bajo el agua, puedo respirar. Tú estás loca y yo pierdo la cabeza. Porque todo mi ser ama todo de ti. Amo tu alma, amo tus curvas, amo tus imperfecciones perfectas.
Dámelo todo de ti que yo te daré todo de mi, porque incluso cuando pierdo estoy ganando. Cuántas veces debo decirte que incluso cuando lloras estás preciosa.
El mundo nos golpea con fuerza; pero siempre estoy a tu lado. Eres mi mundo, eres mi musa, eres mi peor distracción, eres mi ritmo y mis flamencos. Mi cabeza no puede parar de cantar.
Y las cartas sobre la mesa, porque ambas estamos enseñando nuestros corazones, aunque es difícil.

31 de octubre de 2013

Chat...

Ella se quita su ropa y se recuesta sobre la cama sin ropa interior, enciende su laptop. Luego se sirve un vaso con whisky  coge su pipa le pone tabaco y lo enciende, clikea y se conecta al chat. Ambas sonríen, ambas escriben. Ambas comienzan su noche.

La voz escrita tiene una entonación diferente, en especial la ajena.

La mirada es reemplazada por los signos, las pausas, las ausencias.
El tacto por la descripción minuciosa de los hechos narrados.
El amor es pura imaginación, conjeturas de la excitación, atrevimientos de la seguridad.

Ella se levanta para ir a servirse otro vaso con whisky, ella enciende un cigarrillo. Hace un buen tiempo que se conectan a cierta hora, salvo algunas excepciones que se ven sometidas por la vida cotidiana, con sus compromisos y todo lo que ello implica, sin poder estar una con la otra. Ella es sensible y soñadora, y las palabras escritas por ella, le inducen a soñar más; tiene miedo que lo real no sea real; pero poco a poco se va abriendo. Ella es enérgica y realista, y tiene la impresión de haberla conocido muchos años atrás, se entrega totalmente. Son algo así como una especie de brillante brisa de verano para un tenaz acariciador nocturno.


Ella le pide un instante para ir al baño. Ella también aprovecha ese momento para ir por un vaso con agua. Regresan... ¿Con quién chateas?, pregunta ella sonriendo. Ella le responde, con mi flaquita!... ¿y tú?... Ella le responde, con mi amor!.


Se quedan mirándose a través de la pantalla del computador. Comparten, se conocen, se acompañan y se aman, aunque físicamente lejos una de la otra.

14 de febrero de 2013

Te espero...

Se escucha el silbido de las palomas y de unas aves que hasta ahora no logro descifrar. Los buhos, siguen ahí velando mi sueño pues de día ellos duermen y también sueñan. Es hora de despertar, porque me he dormido pensándote con la luna a la vera de un coral en una noche estrellada. Y a lo lejos te digo, despierta amor mío!, que te ha peinado el aire con el cantar que en las mañanas te canta la vida, saltando entre olas y olas para poder mirar tu cabello largo y oscuro, y dejar al aire en tu despertar y al mar en tu sosiego.

Son solo palabras; aún así no sé de palabras a medias tintas y menos a decir sin sentir... Hay distancia, hay silencio, hay recuerdos, hay tristeza, hay alegría, hay cariño, hay amor. Se le extraña. Es tu voz tan musical, son tus ojos tan fascinantes, es tu piel despojada que hace de la mia quedarse en silencio.

El sol de la mañana es enérgico, el calor durante el día abrazador, deslízate en mi, cúbreme con tu piel, seamos uno. Te espero, tenemos una cita en algún lugar inexacto del tiempo.

Las horas pasan lentamente, el reloj no avanza. Los búhos despiertan, es hora de dormir y volver a soñarte.

25 de diciembre de 2012

Ser espirituales...

Muchos decimos ser espirituales cuando en realidad no sabemos en qué consiste. Posiblemente nos encontramos prisioneros en un corsé de doctrinas e influencias, y sentimos en nuestro interior que algo en nuestras vidas no va bien.

La espiritualidad suele relacionarse con la liberación del alma de lo material. Radica en ser conscientes y obrar adecuadamente en todas las situaciones que la vida nos depara. De la espiritualidad renace la virtud, que es cultivada por una mente que no es dominada por el ego.

La espiritualidad, no busca gozar o disfrutar el placer de determinadas experiencias, ni busca encontrar, desarrollar, cultivar o lograr nada, ni dentro ni fuera de uno mismo. Es cierto que la vida espiritual es la mayor aventura en la que la persona se puede embarcar y que supone un desarrollo integral; pero en el momento en que se desea alguna cosa, como alcanzar o experimentar algo, se pierde la esencia misma de la espiritualidad. 

Tampoco pueden existir reglas, leyes ni doctrinas morales o espirituales, pues lo que es adecuado en una situación puede ser inadecuado en otra, y lo que hoy es verdad, mañana puede faltar a ella. La espiritualidad solo requiere ser conscientes, aquí, ahora, y obrar adecuadamente.

Se cree que la espiritualidad es algo así como descubrir la gran ola que siempre esperan los surfistas. Nada más lejos de la verdad. La espiritualidad, con su aroma de delicadeza y sensibilidad, se encuentra muy cerca de todos, en el día a día, y para comenzar a vivirla no se tiene que hacer otra cosa que... lo evidente.

Vivir espiritualmente, guiado, significa estar dispuesto a sentarse en el silencio, permitir que el conocimiento se haga presente, abandonar los miedos y soltar todo aquello a lo que estamos encadenados.

Observar objetos y personas como si fuesen nubes en un vasto que vuelan libremente, sin que nos aten ni nos pertenezcan. Ser espiritual es algo natural y le da sentido a la palabra "humano", acompañar los ritmos de la naturaleza y actuar con tolerancia y compasión. Una vida espiritual se encamina a vivir algo más importante que los pequeños egoísmos de cada uno. Cada individuo encuentra su propia llave en la vida, algunos buscan la elevación de su conciencia, la sabiduría y la iluminación, otros lo practican a través del amor y la compasión ayudando a la humanidad en general.

Pero la vida espiritual se vive diariamente. Se compone de la alegría de vivir y del sentido de la libertad. Vivir simplemente y sin desperdiciar la energía de la vida, desde el fondo del corazón, con intensidad y coraje, buscando la armonía interior con los demás y con la naturaleza, escuchar el doble de lo que se habla y cultivar el silencio tanto como sea posible.

Sentir la vida como una aventura diaria, en el simple acto de despertarse cada mañana y respirar, dejar de buscar respuestas que nos brinden la seguridad, y lanzarse a la inmensidad de la vida con la clara intención de crecer. Pues existen muchos caminos que conducen a la verdad y cada persona puede buscar el propio. Si cultivamos el sentido de la brava aventura, nuestra vida ordinaria se transformará en una vida extraordinaria. La práctica de valores espirituales será la guía permanente que estará siempre presente al penetrar en lo desconocido.

16 de octubre de 2012

Cómo dejar de extrañarte, cómo te olvido...

Te pregunté cómo dejar de pensarte, de soñarte, de sentirte, para dejar de extrañarte.

Conquistaste mi corazón... Tu sensibilidad, tu sencillez, tu inteligencia, tu sinceridad, tu autenticidad, tus ojos, tus labios, tu cuerpo, tu piel, tu mirada, tus besos, el color de tu voz, tu sonrisa, tu amor, tus abrazos, tú, tú y más tú.


Y la respuesta, es tu silencio, y yo le agrego, la distancia, la medicina perfecta a mi dolencia.


Me siento una paria cada que te pienso y me cabrea sentir todo esto, porque lo que has hecho de mi, no me gusta. Porque me siento impotenete ante tal situación.


A galope van mis sentimientos, sin riendas; pero ya es tiempo de trabarlos. Dejaré que tu silencio, la distancia y el tiempo, se hagan cargo y puedan solucionar todo esto que me agobia, para seguir con mis odiseas pintando de grises y colores a la mía vida.

29 de septiembre de 2012

Este niño como muchos otros, son nuestro cambio...

El hombre de este tiempo ha perdido la voluntad de orientarse y de vivir de lo que nos regala el mundo. Caminar por la sierra, es un deleite. Encuentras paisajes similares que muchas veces comparas entre un lugar y otro; pero lo que hagas en esas horas con sol, luna, frío, trocha, ríos y cuanto más te ofrecen esos lugares tan reales de nuestra sierra peruana junto con sus lugareños, hacen que te marquen y tal vez cambien tu manera de ser y de pensar.

Sentado en el piso de tierra de su comedor, con ropita humilde y poco abrigadora; pero que para él es suficiente para soportar el frío serrano del mes de septiembre. Con tal vehemencia, trata de armar su patineta, que vio en uno de los tantos programas infantiles educativos emitidos por la televisión internacional. Las ruedas de madera las trata de pulir, de no ser así no podrá deslizarse. Nos mira de reojo y da la impresión de que le molesta que le observemos. Luego empieza a clavar la rueda de madera contra la tabla larga que toda patineta debe tener. Lo hace cada vez con más fuerza, se da cuenta que hace mucho ruido, se levanta y se dirige a la entrada de su casa. Sigue con su trabajo de armado de su genial patineta. Mientras nosotras seguimos almorzando lo que su mamá, con un pelín de ruego nos preparó para apaciguar el hambre que teníamos a esas horas de la tarde, arroz con huevo frito, camote y su combinado e infaltable ají.


Se llama Alex, tiene seis años y cursa el primer año de escuela. Mi amiga comienza a tomarle fotos por todos los ángulos y perspectivas posibles, él no se incomoda, al contrario, se da cuenta y como que le empieza a gustar y de vez en cuando posa para el lente de la cámara. Ya casi termina de armar su patineta, solo le falta hacer algunos ajustes y vualá, a probarla en la cancha de deporte que tiene el pueblo de Chota, Otuzco.


Luego de hacerle algunas preguntas como su nombre, su edad, que más lugares hay que conocer, etc. Nos dice que en el río que está al pie del pueblito - hay muchas truchas y hay grandotas -, así que decidimos seguirle, pues se apuntó como nuestro guía. En lo que nos dirigíamos al río, llegó su hermanita Kely de siete años que también nos acompañó. Tuvimos que cruzar el río, que por suerte como no es temporada de lluvias, estaba bajo su caudal. Mi amiga y Alex cruzaron el río aunque ambos terminaron mojándose las zapatillas y algo de su ropa. Yo, un poco más, no sé si la palabra sería, precavida, decidí sacarme las zapatillas y las medias para cruzar a pata calata el río de aguas muy frías; pero cristalinas.


Nunca vimos las famosas truchas; pero el paisaje que llamaba al sosiego por el sonido de los árboles ocasionado por el soplo suave del viento, el sonido del río por las aguas provenientes de algún deshielo que corrían pero sin prisa en dirección al mar, y el cantar de las aves, fue más que suficiente para sentirme viva y libre, y creo que lo mismo le pasó a mi amiga, porque al verla recostada bajo la sombra de los árboles, su semblante era otro.


Se tomaron muchas fotografías, al paisaje, a las personas, a los animales; pero sobre todo a aquellos dos niños que nos acompañaban y que les veíamos felices de no tener nada y tener todo. De pronto Alex, se interesó en la cámara y quiso tomar fotos; pero mi amiga no le quiso dar por obvias razones. Tanto fue la insistencia de Alex que le enseñó lo básico: prender, apagar, enfocar y disparar para capturar la imagen que quisiese; y no lo hizo mal, se le veía la emoción en su rostro cuando sus propias fotos en la pantalla de la cámara las podía ver.


Quisimos quedarnos un tiempo más; pero era muy tarde y el único transporte que pasaría por un atajo donde, al principio nos quedamos para llegar a este pueblo de Chota, después de casi dos horas de caminar y caminar; pasaría a las 18hrs. Si no hubiésemos estado a esa hora, hubiésemos tenido que quedarnos, y la verdad, no fuimos preparadas para quedarnos. Lógicamente, después nos pesó.


Antes de que suba en la moto que me llevaría al atajo, me despedí de todos. Alex me dijo que me quedara, que su papá tenía cuartos que nos prestaría, y luego su hermana Kely me dijo - te presto mi camita - Tuve pena, la verdad, porque se les veía la emoción con que ellos me decían que nos quedáramos. Luego Alex me dijo - se vienen para Navidad, es bonito, tomaremos chocolate y me verán pasear con mi patineta -. Me abrazó fuerte al igual que su hermana Kely, quien no paraba de hablar de fantasmas.


Es posible, no lo sé, que esta navidad pase a visitar a Alex y ver su progreso con la patineta. En fin...


Ghandi dijo: "Sé el cambio que deseas ver en el mundo". Y este niño como muchos otros, son nuestro cambio.

29 de agosto de 2012

Hasta que un buen día, maduré...

Creo que aún estoy a tiempo de cambiar lo que soy. Idearé todo por engañarme, me diré una y mil veces que no soy así, que esa persona dura no puedo ser yo, y trataré de persuadirme de mil maneras para creer que puedo cambiar y ser esa alma idílica y magnánima que todos pensamos ser en el fondo... Esos valores invisibles que por la vida dura dejamos de lado, invisibles como el aire o como el amor que no se ve pero se siente mucho.

Mentiría si digo que lo lograré, pero por el sendero de la vida aprenderé a valorar mi esfuerzo y me querré un poco más, sin egoísmo. Descubriré que perdonando es más fácil perdonarme a mi mismo y eso me hará recuperar lo que fui, reforzando esos valores que parecen olvidados. Siendo esos valores las armas que esgrimiré para desafiar a la vida y sus tentaciones, poco a poco me iré descubriendo más y más fuerte, hasta que por fin un buen día, uppss maduré...!

22 de agosto de 2012

El sabio principio del deseo...

Se reencontraron después de mucho tiempo, aunque se conocían muy poco. En esa noche lenta para todos, los minutos parecían haberse congelado en los relojes, y los amigos parecían cruzarse casi flotando, como en un augurio predestinado a la celebración que se había hecho desear en el tiempo.

El encuentro fue así, se detuvieron a la distancia del departamento, entre la sala y el dormitorio, sonrieron, se saludaron, se opacaron sus voces entre la música lanzada por los altavoces de la pc, por las imágenes barridas de los amigos, que se animaron a moverse, lentamente primero, casi con desesperación después.


Fue el comienzo de todo, el big bang de sus vidas actuales, el comienzo de algo que aún no está, el comienzo de una experiencia, de unas sonrisas con ojos casi llorosos por el cansancio y abrazos con besos robados que no son besos, porque un beso debe ser sincero y no solo deseo. Era la imagen invertida en el espejo de las despedidas. 


Movidas por el clímax musical y ayudadas por los efectos del alcohol, ella empezó a cantar con los ojos y a mirar con el alma un tema antiguo de Chavela Vargas que le movía mucho, y yo simplemente le miraba admirando su misterioso ser... Acariciarme, cantarme al oído, deslizar su mano sobre la mía y mirarme a los ojos fue más que insinuante. En el dormitorio, las palabras sobraron, el silencio era importante, era un silencio inteligente. Fue tan loco y ardiente estar juntas, tan exento de aquel deseo traicionero y lejano, tan certero y tan verdadero ahora, que en los diccionarios la palabra duda aún no figuraba.


A ciencia cierta, esta humilde narradora no sabe cuántas horas transcurrieron desde el encuentro hasta el hecho de ser náufragas en la cama, aferradas a nuestros cuerpos desnudos, la suavidad de nuestras pieles y sus misterios, desprendiendo nuestros olores, su aroma embriagadora y natural, más que un perfume de mujer, con sus ojos reflejados en los míos diciendo disfrutar de esta efímera inquietud... A salvo de esa razón cotidiana dictada por la sociedad, de esas obvias obligaciones impuestas, como si ya estuviesen navegando en la luna, en el mar de la tranquilidad, en el medio de la nada que era el todo de todo. 


Y se volvió a repetir para entender que no sólo fue por ciertos grados que recorrieron en la sangre, sino que era por el sabio principio del deseo y la afirmación del amor que no es amor... Ahora ella sigue con su vida y yo con la mía, como si nada de esto hubiese pasado.

22 de julio de 2012

Para hacer el amor...

Un cielo limeño, un cielo espeso, muy espeso, premonitorio, sin piedad. Mi chompa está helada y el viento me da escalofríos. Estoy inmóvil, los ojos miran, mi mirada mira los bares y cafés abiertos, las calles saturadas, es una ciudad que te come poco a poco. Tengo hambre. Tengo sed.

La silueta de una ambulancia atraviesa el límite visual de la avenida como en cámara lenta, y va con urgencia pero curiosamente en silencio, como si llevase un fantasma moribundo.
Justo, justo en ese momento él atraviesa la calle sin preocuparse del frío tan penetrante e hiriente. Le observo deslizarse por el parque como en un sueño, y recuerdo nuestros encuentros en su estudio. Conozco a su pareja, es tan bello como él, es hombre como él. Y yo soy el vértice de ese triángulo de deseo y transgresión, alguien imposible y no tan posible de posible. Me detengo mientras él se aleja y me despierto con otro sueño en la vigilia. Nuestras tardes de cine, John Cage y el teatro de la muerte de Kantor. Aquel anochecer, escuchando a Phillip Glass, en el cual él me fotografió incansablemente mi ojo derecho, mi ojo izquierdo, mis ojos, para ilustrar su sueño, los tarjetones de su película.

Aquella noche en que me sonrió, ya habíamos fumado y bebido, y nos habíamos mirado, con caricias, sin palabras, con ternura. Ya teníamos la suficiente dosis de vida en nuestra sangre como para que él me diera un beso en la mejilla y me dijera antes de marcharse que para hacer el amor, no siempre es necesario tener sexo. 

18 de junio de 2012

Falta de osadía...

Haciendo un tour por los bares gays limeños. Si somos sinceros hay que admitir que entre los bares heterosexuales, gays y lesbianas, donde se liga menos es en los bares lecas, que es así como los llamo.

Cuando vas a un bar gay con tus amigos, sino quieres perderte lo que va a suceder esa noche, es mejor que ni pestañees porque de hacerlo no habrás visto esa mirada furtiva que consigue que veinte segundos después tu amigo tenga la lengua dentro de la boca de otro chico intentando alcanzarle la campanilla. O esa es la sensación que da desde lejos. Vaya lío de envidiada inmediatez que tienen estos tíos, no?

En cambio cuando entras por tercera semana consecutiva al mismo bar de lesbianas tienes ya la clásica sensación de deja vu. Allí están las mismas chicas, en el mismo lugar del bar, tomando las mismas copas y hablando con las mismas amigas. Nada ha cambiado. Nadie ha ligado.

Evidentemente hay leves variantes dependiendo de la ciudad, en Lima se observa más movimiento que en Trujillo; pero la situación normal es desesperante, tanto, que las pocas lesbianas que se deciden a dar el primer paso, que cada vez son más, tienen muchas posibilidades de conseguir a la chica aunque sólo sea por recompensar tanta osadía.

Lo normal es que desde tu puesto de observadora privilegiada veas como una chica mira a otra con cara de querer morderle el labio; pero en lugar de hacérselo saber, cuando detecta la mirada de la otra, ésta gira la cara con disimulo para que su objeto del deseo no se dé cuenta de que le gusta. El problema viene de cuando ves que el otro bando actúa de la misma manera y que esa absurda situación puede perpetuarse hasta el fin de los tiempos.

Cuando te sucedan este tipo de situaciones tienes dos soluciones clásicas: pedirte una copa bien cargada, hacer acopio de valentía y lanzarte al ruedo por si hay suerte; o hacer algo menos doloroso, es decir, pedirle a una amiga que empiece a hablar con la chica que te gusta, como por casualidad, para luego presentártela y tener, como mínimo, un punto de partida.

Por esta razón no es de extrañar ver parejas lesbianas dejar agonizar sus relaciones más allá de lo que es sano. Sólo con recordar las dificultades para encontrar pareja, muchas se contentan con lo que tienen. Pero este es otro tema, los rollos y las rupturas inacabables se las dejo para una nueva entrada.

3 de mayo de 2012

El periodista, el viajero, el amigo, se nos casa…



La emoción fue grande cuando me enteré que te casabas con Alba, el amor de tu vida.

Que rápido pasa el tiempo, que fuerte se vuelve el amor y que gran paso para consolidar aún más vuestra relación. Son digno ejemplo cuando hoy en día el matrimonio se ve afectado por la falta de compromiso en las parejas por  lograr nuestros objetivos profesionales y olvidamos el más importante y por el que estamos en esta vida, “el amor”. La conversión del amor romántico de enamorados en amor real de esposos, es la tarea más importante que tienen a partir de la famosa y urbana palabra “sí quiero”.

Muchos de nosotros te conocemos de años. Algunos del kinder, del colegio, de la universidad, del trabajo, etc. Los años pasan y nutren estas amistades, y verles crecer y madurar es una de las más grandes satisfacciones de tener este tipo de amigos... Graduarse, conseguir el primer empleo, ascender, son hitos que marcan nuestro desarrollo personal. Pero quizás uno de los hitos más significativos en nuestras vidas es cuando uno de ellos contrae matrimonio. Es emocionante y enternecedor ver a un amigo iniciar así una nueva vida y una nueva  familia.

En los años que pasaron, muchas veces hablamos del miedo al futuro, a la soledad, a la tristeza; pero también hablamos mucho del amor y de tu deseo de casarte y tener tu propia familia. Hoy, ya tienes a tu lado a tu complemento perfecto. La mujer de tus sueños hecho realidad.

Vuestra boda es muy especial para quienes les queremos; pero mucho más especial, por supuesto, para vuestros padres, que ya desde hace mucho dejaron de ver a su pequeño, para hoy verle convertido en hombre y en un gran ser humano.

Para desearles muchas felicidades en la decisión que han tomado. No es fácil entender a las mujeres y mucho menos entender a los hombres; pero vosotros han decidido tomar las riendas de su destino decidiendo seguir experimentando y estudiando el fenómeno y mágico sentimiento del "amor".

Toda la felicidad del mundo y las mejores vibras para vosotros. A con todo en este nuevo libro de muchas odiseas!!!

22 de febrero de 2012

Alguien vio un mar?...

Me he perdido en un “mar” de palabras, con olas formadas de sentimientos imprecisos. Estoy algo confundida, pero estoy tratando de buscar algo muy especial. No sé si algún día he de encontrarte; pero creo ya no depende de mí. No estoy segura por qué te vi. Desde el primer momento sentí hablarte como si te conociese de años.


Qué tiene esta persona? En lo particular creo porque es más humana que muchas que conozco. La he visto sonreír y matarse de risa. Trabajar duro. Preocuparse por crear un ambiente propicio y la buena onda de todas las personas que la rodean. He visto su firmeza para tomar decisiones, y una gran fortaleza para sostenerlas. He visto su preocupación cuando las cosas no salen como las había organizado o pensado. Pero también no baja los brazos ni en su trabajo y menos en su familia.

Aunque ella no se dio cuenta, vi su dolor, vi sus ojos llenarse de lágrimas, aunque estas nunca pudieron salir, estaban ahí, clamando liberarse de la opresión de su piel, pero permanecieron intactas. He sentido latir su corazón por alegrías; pero también latir por angustias muy grandes.


Claro, puedo decir que la he visto, pero no estoy segura de haberla encontrado... Estás?, o no quieres mostrarte. No tengas miedo de que te encuentren, nadie te va a hacer daño. Llorar no es malo, estar angustiada no es lindo, pero es inevitable. Triste sería no encontrar a una persona que te escuche, que te comprenda, que te entienda y que esté contigo. Sufrir en soledad, es triste.


La tristeza y el llanto son una debilidad pero nos hace más sensibles, y nos hace más personas. Por el contrario, estos sentimientos nos permiten acercarnos a ciertas personas en donde, los abrazos, los besos, las caricias nos reconfortan y nos tranquilizan. Cuánto vale ese afecto?


Este “mar” resulta fácil de ver; pero resulta difícil indagar en sus profundidades.

- Pues “mar”, te puedo decir muchas cosas, a veces tratarte bien o mal; pero solo un sentimiento prima y supera a todos, y se puede resumir en dos pequeñas y lindas palabras: “te admiro”.

2 de septiembre de 2011

Tu sonrisa y un café...

Cuando terminas una historia que nunca empezó, cuando pones punto y final, te das cuenta de todo lo que ha pasado. De las sonrisas que tu cara dibujó, de las miradas que tus ojos plasmaron, de tu voz que pocas veces escuché.

Nunca son mis pasos cuando volteas tu cara y miras a mí que no soy yo. Al igual que tus ojos que no miran, que no ven más allá que de tus amistades. No se siente calor ni se entiende de miradas dulces o de besos dados a distancia. Que sentirías de saber que te pienso y te secuestro día a día en mi ser. O es que sabes que no pienso devolver lo que nunca me darás.

Me gusta tu sonrisa, y elijo tu sonrisa y un café. No hay nada, solo silencio y miedo. Admitir esto significa doblar en la próxima esquina y coger otro camino. Entonces buscaré y miraré en el espejo; pero no te encontraré.

Busco pretextos para comunicarme contigo, un inbox, un e-mail; pero tú siempre te liberas sin dejar un algo para mañana. Soy una gilipollas y no puedo hacer nada para remediarlo. Quizás sea más sencillo dejar de molestarte.

Pero la vida es una y el segundero avanza y debo decir lo que siento por ti aún sabiendo que nunca encontraré respuesta. Las palabras no bastan, por dentro quema algo que no se puede decir, que no se consigue decir. Cuando quien tienes delante, en lugar de darte la respuesta que anhelas, dice otra cosa. Dice más, dice demasiado; ese demasiado que es nada, ese silencio que es nada, y que hace el doble de daño. y que no hay nada que pueda hacer.

Días inútiles para dejar descansar mi corazón y mi alma. Falsos acordes para intentar evitar que vuelvas a mi mente. La posibilidad de retroceder ya no es para mí. Mi deseo de estar bien conmigo misma es fundamental, aún sabiendo que al decirte todo esto te he perdido aún sin haberte tenido.

Me gustas… No tengo remordimientos, no tengo ninguna sombra, no he pecado. Me conformo viendo tus fotos y ver que eres realmente feliz.

18 de julio de 2011

Reencuentro... Publicistas serios!

El destino es muchas veces voluble y a veces hasta impredecible. Qué iba a pensar que después de tantos años volvería a ver a mis compañeros y amigos.

Fue una amiga quien se encargó de convocar y todo gracias a la internet, vaya, por lo menos sirven de algo estas redes sociales. La reunión sería entre ex publicistas del Instituto Tecnológico del Norte, en casa de un amigo en Huanchaco. Algunos vinieron de Chiclayo, Cajamarca, Chimbote, Lima. Viejos compañeros y amigos se reencontraron después de diez años.

Sábado por la noche. De pronto las horas se pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo fue escaso pero bien aprovechado, pues nos pusimos al día con los acontecimientos del ayer que nos hicieron llegar hasta donde estamos hoy.

Algunos recuerdan haberse creído ser los dueños y señores por todas las anécdotas contadas de unos años maravillosos. Los caminos que en un momento se juntaron, se separaron porque simplemente no era el tiempo ni el lugar. Y después de diez años se vuelven a juntar. Un fuerte abrazo precede a un encuentro lleno de nervios, a recordar y a ser amigos como siempre debió ser.

Recordar las noches de talento, fue genial. Tres amigos vestidos de mujeres e imitando al grupo mexicano Pandora,  gracioso; aunque esa noche perdieron porque según el jurado eran muy “escandalosas”, no obstante se llevaron el respeto de todos en el auditorio. Michael Jackson alucinó a todos y fue interpretado por una amiga que trajo a muchos babeando. Esas noches de talento fueron tan serias, que fueron varias semanas practicando con un coreógrafo argentino el baile Vogue de Madonna, ya hasta se mandaron a confeccionar la vestimenta acorde... ¡Increíble!

Y bueno, hablamos de muchos temas y tal vez fue la necesidad de desahogarnos de tantas cosas, que solo quienes estuvimos involucrados, sabemos que tenemos que guardar para compartirla con alguien especial. Pienso que en muchos aspectos hay cosas profundas que solo somos capaces de compartir entre nosotros, los amigos, que ni siquiera con nuestras respectivas parejas se podría. Quizás hable por mí, pero creo saber bien lo que digo.

Diez futuros años de haber egresado y diez pasados años desde hoy. Dejar de ver por tantos años a los amigos significa que cuando los vuelves a ver, ellos serán distintos y uno también será distinta. Por lo tanto es posible que ya no compartas los gustos e intereses que antes compartías. Y sí, la gente ha cambiado, ahora trabajan, son más responsables, están comprometidos, tienen una familia; y todos a su manera son felices. Pero en lo que no se ha cambiado y ni creo se cambiará, es en que la gente sigue más que conectada cuando dicen –hola- las bebidas alcohólicas. Y que puedo decir de la amistad, ¡vaya amistad!, pues bien, ésta no se ha perdido, al contrario, se ha fortalecido. Y ojalá pasen diez o veinte o tal vez cincuenta años más y esta amistad siga más fuerte que antes.

Fue la fiesta del reencuentro de quienes alguna vez formamos una promoción de publicistas en el Instituto Tecnológico del Norte. Nos mezclamos en abrazos profundos, grandes recuerdo, risas incontenidas, bailes movidos y tragos benditos.  Fue un sublime encuentro para nuestro espíritu, pues hay momentos que son irrepetibles y eso hace aún más fantástica a nuestra vida.

¡De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso, esa es la gente de publicidad!



30 de junio de 2011

Un lugar sin perdón...

Dentro de una cárcel las tendencias sexuales siempre acaban por atrofiarse. Las reas que sólo consumían marihuana y alcohol ahora se “alimentan” de cocaína o heroína. Los olores se enredan con la desesperación, enfermedades, y la muerte siempre está al acecho. Dormirse es ponerse a merced de las demás.

Hay algunas que mentalmente están mal, lo que hace que sea más peligroso el encierro. Otras planean que “trabajos” ejecutarán en la calle sus compinches que a veces hasta sus propios familiares. Realizan delitos como robos, extorsiones, golpizas, secuestros virtuales. Más que una cárcel correccional, pareciera que son cárceles que sirven para perfeccionar costumbres y ejecutar delitos con mayor precisión. Finalmente pierden lo más preciado que tiene el ser humano, vida, libertad, integridad y dignidad.

Asesinato, narcotráfico, trata de mujeres y de menores, estafa, robo, violación, prostitución, contrabando. Es lo que muestra la serie mexicana “Capadocia”, de tan solo dos temporadas, y fue más que suficiente para mostrar la crudeza en las cárceles, la corrupción de los políticos, el narcotráfico internacional, la injusticia, etc. que no solo se da en México, sino también en el resto de países desarrollados y subdesarrollados. Realmente es preocupante.

El mal actuar de la justicia crea la sobrepoblación en las cárceles generando la inestabilidad penitenciaria, mala alimentación y poca posibilidad de que se regeneren las condenadas justificada o injustificadamente, despertando a la perversidad. La más débil es quien pierde.

Casi la mitad de las internas no están sentenciadas, y quienes por error de la justicia caen en las cárceles, empiezan ahí a delinquir. Mientras que otras esperan escuchar el “disculpe… está libre”, luego de que no se les encontraran las pruebas necesarias para sentenciarlas después de dos, tres o más años perdidos.

La corrupción continúa. Todo se hace en complicidad. Por mínimo que sea se cobra, desde un vaso con agua hasta un papel higiénico, y en caso de que alguna interna no pague se le da una paliza incluso llegan a amenazar a sus familias.

No hay clase social que se salve, pues estas en un mismo destino se vuelven iguales; pero siempre el dinero ayuda, pues las poderosas gozan de televisión, móvil, radio, buena comida, bebidas alcohólicas, armas, drogas y sexo.

No de ahora, sino de hace mucho tiempo, se habla del tráfico de bienes y servicios en las cárceles, un negocio muy grande y muy turbio que hace aún más duras las condiciones de vida de las reclusas, si es que esa es vida. Todo en los presidios pareciera tener un precio y no cualquier precio: una cama, un televisor, una nevera, bebidas alcohólicas, armas, droga, y sexo. Cualquier cosa tiene precio exorbitante. Verdaderos y temibles capos sustituyen a las autoridades carcelarias y se han adueñado de la subsistencia de las internas.

Las presas tienen Derechos Humanos que hay que respetar cualquiera sean las faltas cometidas, pero su condición de invisibles las hacen vulnerables y objeto del olvido de la sociedad y de la vista gorda de las frondosas e inútiles burocracias del gobierno.

12 de junio de 2011

Cómo podría olvidar...

Cómo podría olvidar los años infantiles de ayer, las palabras sin picardía, jugar con mis amigos sin malicia y sobre todo acompañarme de mi perro fiel, macko!. Cómo podría olvidar hacer mis juguetes con pedazos de madera, mi tarea al llegar del colegio, mirar el mar en su inmensidad, jugar a la orilla de la playa y disfrutar de las noches su esplendor sin que me preocupara cosa alguna.

Cómo podría olvidar ver a mi madre cocinando o cuidándome, observar la mirada severa de mi padre, recibir los consejos de mis hermanos, percatarme que mi madre no comía para dejarnos a nosotros hacerlo. Cómo podría olvidar que mis pensamientos eran de párvulo pensando en ser supermujer, para soñar por las noches en los juegos del día siguiente.

Cómo podría olvidar los regaños de mi padre sin causa justificada, de acuerdo conmigo, dejándome triste para ir a refugiarme al regazo de mi madre. Cómo podría olvidar aquellas navidades llenas de regalos y con toda la familia reunida en casa. Fueron los mejores años de mi vida.

Cómo podría olvidar esos momentos de amor, sin preocupación, llenos de felicidad. Pues como niña que era, sólo pensaba en jugar, comer y correr a los brazos de mi madre.


¿Cómo podría olvidar? ¡Jamás!, porque los momentos hermosos, ¡jamás se olvidan!

11 de junio de 2011

Santa marihuana...

Viernes por la noche. Con los ojos rojos, cansados, intranquilos y estirados, tanto, que su chapa o apodo podría ser el famoso y trillado "chino". Busca en la avenida Santa la muy cotizada hierba "planta ancestral que produce efectos alucinógenos al fumarla". Busca una silueta que aparece y desaparece en la oscuridad. Esta silueta mira a todos lados y se oculta.

Estuvo esperando por unos diez minutos, y el chino está más tranquilo que antes, sus ojos se convierten en radares; ahora acompañados con unas manos sudorosas que maniobran un billete cochino y arrugado de diez nuevos soles. Un destello de luz producido por un taxi amarillo, rompe con el silencio de la noche. Ahora esos ojos y esas manos se unen a una boca reseca, que por momentos pasa su lengua por los labios para tratar de lubricarlos.

Todos buscan a esa silueta que entra a una casa y sale por otra casa.

De pronto, la sombra se acerca al de ojos rojos y le dice, “De cual quieres, tengo mangolight, moño rojo y scan”. Los ojos rojos moran, la boca segrega tal cantidad de saliva que rebalsa los labios, las manos le sudan más de lo normal y se impacienta. Muestra los diez nuevos soles bañados en sudor y pide moño rojo. La sombra sonríe y le da el tamal que contiene la codiciada droga. Ya hecho el trance, la sombra desaparece tras el grito de una prostituta en la calle adjunta.

Los ojos, la boca, la nariz y las manos están allí. La toca, la mira y la huele. Después de comprobar que es auténtica y que no le han engañado con pasto o culantro, guarda la marihuana, se retira sigilosamente y de una forma casi imperceptible. Unas cuadras más allá, de pronto saca de su bolsillo unos fósforos y prende la hierba por la Santa que le cumplió el milagro.

30 de abril de 2011

Gritemos sin tener miedo a que nos juzguen...

Siempre he pensado que no hay nada más triste que lágrimas cruzando un espejo de cristal, formando columnas dóricas. “El arte es el reflejo de lo que no existe”, lo dijo mi profe de arte en la universidad y lo recuerdo como si fuese ayer. Considero que lo cruel y sangriento de la vida (tanto físico como espiritual) es lo que mueve la vida de los artistas, pintores, escritores, actores o quienes sean que fueren que están en este mundo para mover las ideas y convertirlas en conceptos. O en sueños, o en visiones de lo que puede ser real, o lo que lo es y de alguna manera se vuelve concreto.

Uno de mis pintores favoritos es Edvard Munch, quien fue capaz de reflejar en sus pinturas el horror de la vida humana. La desesperación, la miseria, la soledad, la tristeza, la ceguera de no querer ver un mundo terrible que en ese momento estaba cruzado por la II Guerra Mundial. El sacrificio de los que viven, al someterse en la fragilidad de momentos incólumes, que pasan frente a los ojos sin que podamos hacer nada. NADA. Simplemente reflexionar. Su obra que más me impactó fue "El Grito". Nótese la curvatura del rostro de ese hombre que, en algún lugar que lleva a ninguna parte, debe parar y hacer una expresión casi sarcástica del miedo. Cuando tenemos terror gritamos, es la expresión externa de una paralización interna que no se puede frenar. Me he sentido así algunas veces. Creo que todos nos podemos sentir así sin tener miedo a que nos juzguen. 

La fuente de inspiración para "El Grito" podría encontrarse, en la atormentada vida del artista, educado por un padre severo y rígido que, siendo niño, vio morir a su madre y a una hermana de tuberculosis. En 1890, a Laura, su hermana favorita, le diagnosticaron una dolencia bipolar y fue internada en un centro psiquiátrico... El estado anímico del artista queda reflejado en estas líneas, que escribió en su diario en 1892: Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.

Es la vida humana en toda su expresión. Reforzada por un paisaje que, en ese momento, no da atisbo de esperanza alguna.

9 de abril de 2011

Turismo couchsurfing...

Hace menos de un año pertenezco a un grupo llamado CouchSurfing que es una red internacional sin fines de lucro que conecta a los viajeros con la población local en más de 230 países y territorios alrededor del mundo. Desde el 2004, los integrantes han estado utilizando este sistema para reunirse, intercambiar cultura, amistad y experiencias de viaje. Hoy, sino me equivoco son más de un millón de personas que sin haberse conocido antes son capaces de compartir la hospitalidad y la comprensión cultural, albergando a los viajeros nacionales e internacionales en sus casas.

Con la crisis financiera mundial y la estabilidad económica entre comillas de América Latina, hace que sea un magnífico destino turístico para aquellos viajeros de ruta o mochileros, como normalmente les llamamos. Es un estilo o forma de conocimiento más humano sobre otros.

Salir de casa implica correr ciertos riesgos. No sólo cambiar de comidas y rutinas, sino muchas veces convivir largas horas con personas a las que apenas conocemos o jamás hemos visto en nuestra vida. Hay a quienes ese contacto les causa espanto. Que son incapaces de acostumbrarse a compartir habitaciones, usar baños desconocidos, cargar mochilas pesadas, etc. En el viaje, no tienen muchas alternativas. O sea, se tienen que acostumbrar a las nuevas rutinas y dejar de hacerse los delicados, de lo contrario pasarán días muy malos en la ruta. Aunque, quienes deciden hacer este tipo de turismo, saben a lo que se enfrentan, tolerar mejor la mugre y soportar esos incómodos asientos en micros y aviones.

Los pesares de la ruta pueden ser peores cuando viajamos sin un mango, en carpa, usando baños de estaciones de servicio o bares, con acceso interrumpido a una ducha o cualquier otro método de higiene. A muchos no sólo les cuesta aguantar la mugre, sino que incluso se vuelven obsesivos con otras cosas. Por ejemplo, con el peso de la mochila. He visto gente al borde de la ruta, revoloteando sus pertenencias, regalándolas a cualquiera que pasara, vaciando su equipaje de tal manera que quede más liviano que una botella de Inca Kola.

Y ni que hablar de las tensiones relacionadas con el tema de tirar dedo. Si la cultura mochilera muchas veces puede ser identificada con la solidaridad, al menos en este tema no suele ser un buen ejemplo. Y si alguien quiere ver este tema en acción, vayan un verano a la playa de Máncora, Perú.

A través de este tipo de turismo mochilero, he conocido a mucha gente de Suecia, Alemania, Finlandia, Estados Unidos, Francia, España, Italia, Colombia, Argentina, Chile, etc. que se han hospedado en las casas de mis nuevos amigos couch.

Esta es la dirección por si quieren integrarla o simplemente explorarla.
http://www.couchsurfing.org/


Saludos viajeros!!!

8 de abril de 2011

Caminito es tango, Caminito es vino...

Depender del plan y horario de una agencia de turismo, para mí, es fatal. Pues muchas veces por el tiempo no he podido disfrutar lo suficiente de aquellos lugares peculiares y que hacen distinto un lugar de otro.


El día libre que nos dieron para ir de compras o de shopping mall, decidimos regresar al barrio de La Boca, aquel lugar bohemio y pintoresco más conocido como Caminito, el más visitado por los turistas. Y nosotros más que encantados, estábamos felices de estar en un lugar como éste.


Caminito es el antiguo representante de los inmigrantes de La Boca, es también una representación del génesis del Tango. Con algo italiano, su pasión, su estilo, su arrogancia, el espectáculo, los sentimientos de nostalgia y añoranza (por la patria, Italia) y, por supuesto, las letras que contienen mucho el dialecto porteño (mezcla de español e italiano).


Como en cualquier zona turística de una ciudad, la puesta en escena de lo “local” es mucho más marcada, Caminito es también una puesta en escena de lo que habitualmente suele ser definido, en esos términos, como “argentino”. En esa representación, se mezclan parejas bailando tango, pinturas de gauchos, tapices con niños vestidos con chullo, artesanías con dibujos de su cultura indígena, la efigie del Che Guevara, los bares de madera, etc.


Cuando estábamos paseando por Caminito, percibimos la esencia del tango en todos sus rincones. Lo demostraban así los artistas, músicos y bailarines callejeros, los tangos que suenan en todos sus bares y restaurantes, los souvenirs de tango que se venden por docenas en la gran mayoría de tiendas que Caminito ofrece. Puede ser que todo esto parezca demasiado pero en realidad así lo es. Vale una buena recorrida fotográfica, ya que muestra las distintas construcciones de su identidad portuaria e inmigrante, recreando los viejos conventillos pintados con colores vivos y atrayentes.


Cuentan que fue un vecino quien decidió limpiar y recuperar el terreno, pidiendo ayuda al pintor Benito Quinquela, quien bautizó la calle de 100 metros como “Caminito”, por el famoso tango en esa época, de Gabino Coria y Juan de Dios.


Actualmente la calle Caminito, es una calle peatonal que funciona como un gran museo al aire libre, entretenido y más que saludable.


Caminito, es tango, pinturas, cafés, restaurantes, carnes y deliciosos vinos.

23 de marzo de 2011

Agobiada de lo irreal...

A veces me pongo a pensar en toda la gente que me cruzo cuando voy a mi trabajo, o cuando voy de viaje o simplemente cuando camino por alguna calle de alguna ciudad. Todos los días miro a la gente, cuando voy en taxi, y aunque no quiera suelo fijarme en la mayoría de los coches que me adelantan o en los de al lado cuando paramos en el semáforo, y que son pocas las veces en que es verde. Bueno, eso de mirar a la gente no es tanto así, porque muchas de esas veces mis endorfinas me hacen volar y miro pero no miro!… y en ese ir y venir pienso que quizás ellos sean más felices que yo, pues algunos parecen que lo tienen todo… una casa, un coche nuevo, caras de felicidad a las 8 de la mañana, y algunos ya fumándose el primer cigarrillo del día.

Y es que nunca nos conformamos con lo que tenemos, siempre nos gustaría tener más, y quizás esa persona con coche nuevo no tiene porque ser tan feliz como parece. Por ejemplo, a mí, muchas veces me pasa que no se expresar bien mis sentimientos y la gente piensa que tengo una vida estupenda y que siempre estoy contenta; pero cuando llego a casa y enciendo el televisor, me enferma todos esos anuncios que nos intentan vender totalmente una irrealidad. Como el spot de coca-cola “Hay razones para creer en un mundo mejor”, o que el “Perú pone”, o el spot de Saga falabella “Hot – this is the life”, etc. etc. Nos intentan vender una vida fácil, y sin preocupaciones… También me cabreo cuando veo las noticias, ¿a dónde vamos a llegar con tanta gente mala en el mundo?

Los casos de los niños violentados, ultrajados o violados, han llegado a afectarme demasiado, cada vez que sale una noticia de ese tipo por la televisión se me ponen los pelos de punta, y por ahí ha caído alguna que otra lágrima de impotencia. Podría haberle pasado a alguien de mis sobrinos, o a cualquiera de mis conocidos.

Luego, todos los casos de maltrato a las mujeres… y me vuelvo a hacer la misma pregunta, ¿a dónde vamos a llegar? Es increíble el número de mujeres muertas en un año por maltratos de sus parejas, o sus ex parejas. Increíble. Creo que ninguna mujer tiene que morir así, y menos en este tiempo. Cada vez que veo un caso de esos por la tele, pienso “lo que ha tenido que sufrir esa mujer”. Y al final los culpables, no cumplen todos los años impuestos en la condena, y por no decir que hay muchos que ni cumplen condena alguna.

¿Y cuando muere alguien famoso?, que con todos mis respetos en paz descanse. Se crea un producto mediático increíble, por alguien que no hemos conocido nunca y que solo lo hemos visto a través de nuestra pantalla del televisor, en el cine o en las revistas.


¿Qué hay de todos esos niños que se mueren cada día en nuestro tercer mundo? Ellos también tendrían toda una vida por delante y nosotros no pensamos ni un segundo de nuestros días en ellos, en lo mal que lo pueden llegar a pasar. Lejos de eso nos enfadamos porque no funciona el ordenador, o porque nos perdimos nuestra serie favorita, o porque no saldremos a divertirnos un fin de semana, o porque no podremos hacer ese viaje por culpa del trabajo… puros pretextos estúpidos.


No quería acabar haciendo una crítica. Pero yo también vivo aquí, en esta sociedad hipócrita y poco real, que a simple vista es superficial y egoísta. Y nos olvidamos de las cosas que realmente importan.

22 de agosto de 2010

Nunca quisimos humillarte...



No recuerdo cuando fue exactamente; pero Marce y yo estábamos de excursión por Lima y en pleno trance fotográfico. En la entrada de la iglesia San Francisco vimos a una señora pidiendo limosna. Estaba a un lado, menuda, absorta o ausente, al menos eso parecía, y la luz del exterior la iluminaba como si le perteneciese sólo a ella. No pudimos evitar hacerle una serie de fotos, primero desde afuera y luego desde adentro. De pronto, sin mediar palabra, la señora volvió hacia nosotros la cabeza y nos sacó un poco la lengua, luego se levantó y salió de la iglesia. Me quedé como una gárgola cuando sale el sol.


Así que, luego de unos minutos, volvió a ocupar su lugar, me acerqué a ella. Estaba con los ojos cerrados y un rosario en su mano, susurrando alguna oración. Le interrumpí. Y la conversación debió de ser más o menos la siguiente:

-Perdone...
-[alzó la mirada]
-Perdone, he visto que antes se ha enfadado usted...
-[apartó de mí la mirada y la clavó en la entrada]
-Queríamos pedirle perdón, no queríamos que fuera así.
-[seguía mirando hacia la puerta, le temblaba la barbilla de rabia]
-Disculpe, de verdad, no pretendíamos molestarla. Es que... la luz...
-[me miró con ojos contraídos, enmarcados por arrugas, y las aletas de la nariz palpitantes] Me ha parecido humillante.
-Pero no... señora... Mire, es que nosotros llevamos a cabo una labor de concienciación, queremos mostrar que nadie presta atención a las personas que...
-[seguía mirándome rabiosa, mientras yo buscaba cómo terminar la frase] Ha sido humillante.
-¡Pero no, señora! Mire, si yo viera algo humillante en esta imagen no estaría aquí hablando con usted cara a cara.
Esa frase como que le ablandó un poco. Se le transformó la mirada.
-Perdone... -insistí.
-Acepto las disculpas. -me dijo.
Tímidamente extendió la mano, y apenas con la punta de los dedos, tocó la mía. Yo sonreí, ella sonrió, le apreté la mano entre las mías y eso pareció darle la confianza suficiente para empezar a contarme:
-Porque yo en realidad pido para comer... -empezó.
-¿Quiere que le traiga algo de comida?
-Es que hoy un amigo ya me ha traído comida suficiente. Pero necesitaría también algo de ropa.
-[miró entonces la cadena que llevaba Marcello sujeta a la trabilla del pantalón y a cuyo extremo van atadas su cartera y sus llaves] -Esta cadena es muy bonita.

Era una forma relativamente indirecta de pedírmela. En ese momento se me pasaron varias opciones por la cabeza, pero, quizá de forma egoísta, pensé que a ella en realidad la cadena no le iba a servir para nada y que gracias a ella hace pocos años que no olvida la cartera ni las llaves ni le roban las cosas del bolsillo trasero, y que en Perú ya no he visto ese tipo de cadenas. La cadena fue un regalo mío a Marcello, cuando aún éramos amigos.
-Es que es un regalo...
-Ah, un regalo... A mí también me regalaron una vez un anillo, sabe usted. Pero un día, lo perdí. Lo estuve buscando, recé, y al final apareció en el fondo de la cubeta de mi casita. -En ese momento los ojos ya le brillaban. Y prosiguió -Una vez estaba yo en otra iglesia, porque en ésta llevo sólo un año, y vino el cura y me dio un rosario, y me dijo: "es usted un ángel". Y en otra ocasión...

Yo la estaba escuchando y me habría gustado quedarme un rato más hablando con ella allí en la entrada de la Iglesia, en susurros para no interferir con la misa que se celebraba a escasos metros, pero llevaba un rato vibrándome el móvil en el bolsillo, pues habíamos quedado con mi amiga Karim y seguro estaba buscándonos.

-Perdone, pero me tengo que ir ya, porque me están esperando afuera.
-Vaya con Dios - me dijo con una sonrisa comprensiva y una mirada totalmente diferente de la que tenía al principio.

Salí, llamé a Karim, quedamos con ella en la puerta de la Iglesia. Mientras la esperábamos, le conté a Marce lo que acababa de suceder. En ese momento salió ella de la Iglesia. Al pasar por nuestro lado sonrió y nos explicó que iba al baño. La detuve y le presenté a Marce. Quería que viera que él, que también le había tomando fotos, estaba emocionado con toda la situación.
-Mire, él es mi novio… -Y, como me pareció que quería decirle algo, añadí: - No sabe mucho de fotografía - y le sonreí. - La señora, sin más ni más, se acercó a él y le dio un abrazo. Y luego se alejó, camino de algún baño.

Y bueno, entre otras experiencias, ésta fue la que más me hizo reflexionar sobre cierto tipo de fotografía social que me interesa particularmente; y, sobre todo, sobre los sentimientos de los excluidos. A ver si interpreté bien la situación:

Al ser objeto de nuestra atención, esta señora primero se sintió mal. Supongo que, acostumbrada al rechazo de la gente, pensaría que nosotros no sólo la veíamos como alguien inferior, sino que encima teníamos la desfachatez de reírnos de ella retratándola en su miseria.
Evidentemente, semejante acción le pareció humillante. Sin embargo, al ver que éramos capaces de prestarle atención de otra manera y de interesarnos por ella como persona, al ver que no nos provocaba asco ni rechazo, debió de sentirse dignificada, humana. Y, aunque puede que me equivoque, creo que ese instante fue para ella muy valioso. Para nosotros, de otra forma, también.

Como digo, esta experiencia nos dio que pensar. Y nos planteamos fomentar la fotografía interactiva, acercarnos a las personas para que no se sientan meros objetos. En los días subsiguientes pudimos comprobar que, efectivamente, como iré comentando en próximas entradas, el mundo está lleno de personas que necesitan atención. Todos, además de comida, necesitamos atención. Es otro tipo de alimento.

Aunque, a todo esto, nunca le pregunté su nombre.

3 de junio de 2010

Cuba siglo XXI?...

De Lima volamos a la Habana, Cuba. Estuvimos en la tierra del comunismo diez días. En La Habana, un día allí es suficiente para ver lo que hay que ver, que no es más que los lugares históricos de los alzamientos de 26 de julio, el asalto al Moncada, El Capitolio y demás. Merece la pena por su valor histórico, y por su condición de “capital del caribe”, es la ciudad más caliente de Cuba, pues hay fiesta todas las noches, aunque la gente es más pobre; pero “feliz”, eso nos decían.

Sin embargo lo primero que nota el turista es el acoso de los “pastrulos, jineteros”, ese nombre no se le da solo a las putas, también a ellos, o a cualquiera que intente sacar provecho de los turistas ofreciendo algo ya sean puros, ron, guía, chicas o lo que sea que te puedan vender. Existe un problema muy grande en Cuba ahora mismo para el turista, y es que la diferencia económica es tan grande, que cuatro pesos que te puedan sacar para ellos es una fortuna. Existen en Cuba dos monedas, el peso moneda nacional, para los cubanos, y el peso convertible cubano, para los turistas en relación de 25 a 1 a favor del cubano convetible, el sueldo medio, por lo que nosotros pudimos averiguar es de entre 20 y 40 Cuc mensuales (unos 64 a 140 soles). Así que se mueve un mercado negro alrededor de los Cuc que es impresionante. Por eso llega a ser agobiante el ritmo de ofrecimientos de servicios de todo tipo por la calle; -Taxi señor?, - habanos?, - un paladar (restaurante), rico, barato, con langosta y camarones?, – Hola mami, me puedo sentar aquí? (imagínense)… te la pasas – No gracias; - no, está bien gracias; – no quiero gracias; – no necesito; - ya tengo y bla bla…

Lo peor de todo sin embargo es que no puedes establecer una relación normal con la gente, porque nunca sabes si están siendo amables contigo porque son así, o si van a intentar sacarte algo después por algún lado. Es una lástima, porque se piensa que la gente de Cuba es una gente encantadora, de muy buen humor, amable, con la que podrías platicar un buen rato. Pero es muy difícil sentirte al mismo nivel si no es alguien que hayas conocido por algún otro lado (familia, estudios, trabajo….)

Desde La Habana, después que conocimos su Catedral, Museo, el Morro, el Malecón, Basílica San Francisco y paseamos por sus plazas y calles, transportándonos a los años 50? Con unos mojitos demás. Cruzamos casi todo el interior de Cuba. Paramos en Bayamo un rato y dormimos en Camaguey, una ciudad que nos pareció muy linda, mucho más cuidada que la media cubana, tranquila. Ahí comimos en una pizzería italiana que por lo bien puesta que estaba, decoración y todo, bien podría haber estado en cualquier lado de Lima.

Después fuimos a pasar unos días a la playa, a Cayo Coco, a un hotel de estos de pulserita y todo incluido. Pero en los días que estuvimos no pudimos tomarnos ni un mojito porque no tenían hierbabuena, increíble, no?... es como si fueses a Perú y pides un pisco sour y te dijesen, no hay limones, ja ja ja. Nos intoxicamos con algo que comimos a mi me dio hasta 39 de fiebre, tenía el agua estancada que daba asco entre recepción y el buffet y yo, plop!.

Fue lo que menos me gustó de Cuba. Además que casi ni es Cuba, porque está separado de la isla principal por un paso que han hecho para vehículos, y a la entrada del paso hay un control, si eres cubano necesitas demostrar que trabajas ahí o que tienes una reserva hecha para poder pasar, increíble. Pero eso sí, la arena muy blanca y el agua muy turquesa. Alucinante!, igual que todo el Caribe.

No sé si subimos o bajamos, pero recuerdo que nos decían, “bajaremos a la costa caribeña”. De ahí hasta Trinidad, un pueblo muy bonito, restaurado en gran parte y totalmente recomendable, además, aunque es bastante turístico se puede estar medianamente tranquila sin que te atosiguen. Tiene cerca una playa bastante bonita y por la noche hay música cubana en una zona empedrada. Otra cosa que tiene Cuba es que hay música por todas partes, y muchas veces es en vivo, pero cuando no siempre hay alguien escuchando un disco o la radio, música, música, músicaaaa.

También nos dimos una escapadita de un día a Cienfuegos, a 80km, a la que llaman La Perla del Sur. Una plaza preciosa y una punta que se adentra en la bahía es todo lo que ví, pero realmente muy bonito.

Nuestra última escala antes de volver a La Habana fue en Santa Clara, ciudad sin ningún atractivo más que el mausoleo del Che Guevara. Lo enterraron allá después de encontrar su cuerpo en Bolivia porque fue allí donde tuvo lugar la batalla definitiva con que lograron derrocar a la dictadura de Batista, con unas columnas comandadas por el Che. Pero si no vienes a ver eso no merece la pena que pasen más de unas horas, no es ni bonita de día ni activa de noche.

Hay muchas más cosas que escribir sobre Cuba, pero debí haber ido poniéndolas según iban sucediéndonos a lo largo del viaje, sin embargo la comunicación con el exterior en Cuba es mala, cara y lenta. Una llamada internacional te sale a unos 20 soles, el minuto! y el Internet es más lento, y si lo encuentras y funciona. Es un milagro!, je je

Luego en el famoso Varadero, playa sol y arena… es una de las mejores playas en el Caribe. aguas cristalinas de arena blanca. Muy concurrido por turistas extranjeros y también locales. Hay muchos hoteles por lo que uno tiene muchas opciones para elegir la que se adapte a nuestras necesidades y presupuesto de modo que nuestra estancia fue inolvidable.



Regresaremos otra vez, claro que sí!!! y beberemos unos mojitos, sin hierba buena plop! ja ja...