22 de agosto de 2010

Nunca quisimos humillarte...



No recuerdo cuando fue exactamente; pero Marce y yo estábamos de excursión por Lima y en pleno trance fotográfico. En la entrada de la iglesia San Francisco vimos a una señora pidiendo limosna. Estaba a un lado, menuda, absorta o ausente, al menos eso parecía, y la luz del exterior la iluminaba como si le perteneciese sólo a ella. No pudimos evitar hacerle una serie de fotos, primero desde afuera y luego desde adentro. De pronto, sin mediar palabra, la señora volvió hacia nosotros la cabeza y nos sacó un poco la lengua, luego se levantó y salió de la iglesia. Me quedé como una gárgola cuando sale el sol.


Así que, luego de unos minutos, volvió a ocupar su lugar, me acerqué a ella. Estaba con los ojos cerrados y un rosario en su mano, susurrando alguna oración. Le interrumpí. Y la conversación debió de ser más o menos la siguiente:

-Perdone...
-[alzó la mirada]
-Perdone, he visto que antes se ha enfadado usted...
-[apartó de mí la mirada y la clavó en la entrada]
-Queríamos pedirle perdón, no queríamos que fuera así.
-[seguía mirando hacia la puerta, le temblaba la barbilla de rabia]
-Disculpe, de verdad, no pretendíamos molestarla. Es que... la luz...
-[me miró con ojos contraídos, enmarcados por arrugas, y las aletas de la nariz palpitantes] Me ha parecido humillante.
-Pero no... señora... Mire, es que nosotros llevamos a cabo una labor de concienciación, queremos mostrar que nadie presta atención a las personas que...
-[seguía mirándome rabiosa, mientras yo buscaba cómo terminar la frase] Ha sido humillante.
-¡Pero no, señora! Mire, si yo viera algo humillante en esta imagen no estaría aquí hablando con usted cara a cara.
Esa frase como que le ablandó un poco. Se le transformó la mirada.
-Perdone... -insistí.
-Acepto las disculpas. -me dijo.
Tímidamente extendió la mano, y apenas con la punta de los dedos, tocó la mía. Yo sonreí, ella sonrió, le apreté la mano entre las mías y eso pareció darle la confianza suficiente para empezar a contarme:
-Porque yo en realidad pido para comer... -empezó.
-¿Quiere que le traiga algo de comida?
-Es que hoy un amigo ya me ha traído comida suficiente. Pero necesitaría también algo de ropa.
-[miró entonces la cadena que llevaba Marcello sujeta a la trabilla del pantalón y a cuyo extremo van atadas su cartera y sus llaves] -Esta cadena es muy bonita.

Era una forma relativamente indirecta de pedírmela. En ese momento se me pasaron varias opciones por la cabeza, pero, quizá de forma egoísta, pensé que a ella en realidad la cadena no le iba a servir para nada y que gracias a ella hace pocos años que no olvida la cartera ni las llaves ni le roban las cosas del bolsillo trasero, y que en Perú ya no he visto ese tipo de cadenas. La cadena fue un regalo mío a Marcello, cuando aún éramos amigos.
-Es que es un regalo...
-Ah, un regalo... A mí también me regalaron una vez un anillo, sabe usted. Pero un día, lo perdí. Lo estuve buscando, recé, y al final apareció en el fondo de la cubeta de mi casita. -En ese momento los ojos ya le brillaban. Y prosiguió -Una vez estaba yo en otra iglesia, porque en ésta llevo sólo un año, y vino el cura y me dio un rosario, y me dijo: "es usted un ángel". Y en otra ocasión...

Yo la estaba escuchando y me habría gustado quedarme un rato más hablando con ella allí en la entrada de la Iglesia, en susurros para no interferir con la misa que se celebraba a escasos metros, pero llevaba un rato vibrándome el móvil en el bolsillo, pues habíamos quedado con mi amiga Karim y seguro estaba buscándonos.

-Perdone, pero me tengo que ir ya, porque me están esperando afuera.
-Vaya con Dios - me dijo con una sonrisa comprensiva y una mirada totalmente diferente de la que tenía al principio.

Salí, llamé a Karim, quedamos con ella en la puerta de la Iglesia. Mientras la esperábamos, le conté a Marce lo que acababa de suceder. En ese momento salió ella de la Iglesia. Al pasar por nuestro lado sonrió y nos explicó que iba al baño. La detuve y le presenté a Marce. Quería que viera que él, que también le había tomando fotos, estaba emocionado con toda la situación.
-Mire, él es mi novio… -Y, como me pareció que quería decirle algo, añadí: - No sabe mucho de fotografía - y le sonreí. - La señora, sin más ni más, se acercó a él y le dio un abrazo. Y luego se alejó, camino de algún baño.

Y bueno, entre otras experiencias, ésta fue la que más me hizo reflexionar sobre cierto tipo de fotografía social que me interesa particularmente; y, sobre todo, sobre los sentimientos de los excluidos. A ver si interpreté bien la situación:

Al ser objeto de nuestra atención, esta señora primero se sintió mal. Supongo que, acostumbrada al rechazo de la gente, pensaría que nosotros no sólo la veíamos como alguien inferior, sino que encima teníamos la desfachatez de reírnos de ella retratándola en su miseria.
Evidentemente, semejante acción le pareció humillante. Sin embargo, al ver que éramos capaces de prestarle atención de otra manera y de interesarnos por ella como persona, al ver que no nos provocaba asco ni rechazo, debió de sentirse dignificada, humana. Y, aunque puede que me equivoque, creo que ese instante fue para ella muy valioso. Para nosotros, de otra forma, también.

Como digo, esta experiencia nos dio que pensar. Y nos planteamos fomentar la fotografía interactiva, acercarnos a las personas para que no se sientan meros objetos. En los días subsiguientes pudimos comprobar que, efectivamente, como iré comentando en próximas entradas, el mundo está lleno de personas que necesitan atención. Todos, además de comida, necesitamos atención. Es otro tipo de alimento.

Aunque, a todo esto, nunca le pregunté su nombre.

3 de junio de 2010

Cuba siglo XXI?...

De Lima volamos a la Habana, Cuba. Estuvimos en la tierra del comunismo diez días. En La Habana, un día allí es suficiente para ver lo que hay que ver, que no es más que los lugares históricos de los alzamientos de 26 de julio, el asalto al Moncada, El Capitolio y demás. Merece la pena por su valor histórico, y por su condición de “capital del caribe”, es la ciudad más caliente de Cuba, pues hay fiesta todas las noches, aunque la gente es más pobre; pero “feliz”, eso nos decían.

Sin embargo lo primero que nota el turista es el acoso de los “pastrulos, jineteros”, ese nombre no se le da solo a las putas, también a ellos, o a cualquiera que intente sacar provecho de los turistas ofreciendo algo ya sean puros, ron, guía, chicas o lo que sea que te puedan vender. Existe un problema muy grande en Cuba ahora mismo para el turista, y es que la diferencia económica es tan grande, que cuatro pesos que te puedan sacar para ellos es una fortuna. Existen en Cuba dos monedas, el peso moneda nacional, para los cubanos, y el peso convertible cubano, para los turistas en relación de 25 a 1 a favor del cubano convetible, el sueldo medio, por lo que nosotros pudimos averiguar es de entre 20 y 40 Cuc mensuales (unos 64 a 140 soles). Así que se mueve un mercado negro alrededor de los Cuc que es impresionante. Por eso llega a ser agobiante el ritmo de ofrecimientos de servicios de todo tipo por la calle; -Taxi señor?, - habanos?, - un paladar (restaurante), rico, barato, con langosta y camarones?, – Hola mami, me puedo sentar aquí? (imagínense)… te la pasas – No gracias; - no, está bien gracias; – no quiero gracias; – no necesito; - ya tengo y bla bla…

Lo peor de todo sin embargo es que no puedes establecer una relación normal con la gente, porque nunca sabes si están siendo amables contigo porque son así, o si van a intentar sacarte algo después por algún lado. Es una lástima, porque se piensa que la gente de Cuba es una gente encantadora, de muy buen humor, amable, con la que podrías platicar un buen rato. Pero es muy difícil sentirte al mismo nivel si no es alguien que hayas conocido por algún otro lado (familia, estudios, trabajo….)

Desde La Habana, después que conocimos su Catedral, Museo, el Morro, el Malecón, Basílica San Francisco y paseamos por sus plazas y calles, transportándonos a los años 50? Con unos mojitos demás. Cruzamos casi todo el interior de Cuba. Paramos en Bayamo un rato y dormimos en Camaguey, una ciudad que nos pareció muy linda, mucho más cuidada que la media cubana, tranquila. Ahí comimos en una pizzería italiana que por lo bien puesta que estaba, decoración y todo, bien podría haber estado en cualquier lado de Lima.

Después fuimos a pasar unos días a la playa, a Cayo Coco, a un hotel de estos de pulserita y todo incluido. Pero en los días que estuvimos no pudimos tomarnos ni un mojito porque no tenían hierbabuena, increíble, no?... es como si fueses a Perú y pides un pisco sour y te dijesen, no hay limones, ja ja ja. Nos intoxicamos con algo que comimos a mi me dio hasta 39 de fiebre, tenía el agua estancada que daba asco entre recepción y el buffet y yo, plop!.

Fue lo que menos me gustó de Cuba. Además que casi ni es Cuba, porque está separado de la isla principal por un paso que han hecho para vehículos, y a la entrada del paso hay un control, si eres cubano necesitas demostrar que trabajas ahí o que tienes una reserva hecha para poder pasar, increíble. Pero eso sí, la arena muy blanca y el agua muy turquesa. Alucinante!, igual que todo el Caribe.

No sé si subimos o bajamos, pero recuerdo que nos decían, “bajaremos a la costa caribeña”. De ahí hasta Trinidad, un pueblo muy bonito, restaurado en gran parte y totalmente recomendable, además, aunque es bastante turístico se puede estar medianamente tranquila sin que te atosiguen. Tiene cerca una playa bastante bonita y por la noche hay música cubana en una zona empedrada. Otra cosa que tiene Cuba es que hay música por todas partes, y muchas veces es en vivo, pero cuando no siempre hay alguien escuchando un disco o la radio, música, música, músicaaaa.

También nos dimos una escapadita de un día a Cienfuegos, a 80km, a la que llaman La Perla del Sur. Una plaza preciosa y una punta que se adentra en la bahía es todo lo que ví, pero realmente muy bonito.

Nuestra última escala antes de volver a La Habana fue en Santa Clara, ciudad sin ningún atractivo más que el mausoleo del Che Guevara. Lo enterraron allá después de encontrar su cuerpo en Bolivia porque fue allí donde tuvo lugar la batalla definitiva con que lograron derrocar a la dictadura de Batista, con unas columnas comandadas por el Che. Pero si no vienes a ver eso no merece la pena que pasen más de unas horas, no es ni bonita de día ni activa de noche.

Hay muchas más cosas que escribir sobre Cuba, pero debí haber ido poniéndolas según iban sucediéndonos a lo largo del viaje, sin embargo la comunicación con el exterior en Cuba es mala, cara y lenta. Una llamada internacional te sale a unos 20 soles, el minuto! y el Internet es más lento, y si lo encuentras y funciona. Es un milagro!, je je

Luego en el famoso Varadero, playa sol y arena… es una de las mejores playas en el Caribe. aguas cristalinas de arena blanca. Muy concurrido por turistas extranjeros y también locales. Hay muchos hoteles por lo que uno tiene muchas opciones para elegir la que se adapte a nuestras necesidades y presupuesto de modo que nuestra estancia fue inolvidable.



Regresaremos otra vez, claro que sí!!! y beberemos unos mojitos, sin hierba buena plop! ja ja...

24 de marzo de 2010

El agua es vida...

Para despejarnos y votar un poco el alcohol que aún salía por cada poro de nuestros cuerpos, debido a una noche de copas. Decidimos emprender un recorrido por los alrededores de Cascas, entre viñedos de uva, ríos, cerros, etc. Pues esa es la idea cuando uno viaja a lugares de paisajes naturales.

De sol tan abrasante porque no hubo nube alguna, el cielo completamente despejado y azul. Era el típico cielo serrano. Caminamos y caminamos por muchos lugares y tanto era el calor que la gente quería meterse a un río. Un amigo nos dijo que siguiéramos el río rumbo arriba, que por ahí habían pozas de agua. Seguimos caminando como diez minutos más y encontramos una poza grande, de agua cristalina y muy fría. La gente se emocionó, y sin pudor alguno los chicos se despojaron de sus ropas quedándose tan solo en ropa interior y se lanzaron a la poza de ese río tan refrescante y preciso. Nosotras las chicas no habíamos llevado ropa de baño, teníamos muchas ganas de disfrutar del agua como nuestros amigos lo estaban haciendo, quienes nos decían que nos metiésemos como ellos, total es igual como si tuviésemos ropa de baño. Tanta fue la algarabía y el calor que terminamos haciendo lo mismo que los chicos. A lanzarnos como lo habían hecho ellos. ¡Oh my God!, el agua estuvo increíble. Nadamos, jugamos a ahogarnos, resistencia bajo el agua, nos dejábamos que nos arrastrara la corriente del agua. Según nosotros queríamos coger algún pez que pasara por entre nosotros; pero como sabrán, je je, es un poquito difícil pescar con la mano en aguas corrientes, etc... Tan rico estuvo aquel momento que nadie se percató del tiempo. De pronto una amiga dijo que tenía hambre, vimos la hora y sí, era muy tarde. Seguimos por un rato más y luego salimos de la poza tan espectacular, esperamos unos minutos más para secarnos bajo el sol, y nuevamente rumbo al pueblo.

En lo que regresábamos, unos agricultores que pasaban por ahí, nos dijeron que tuviésemos cuidado, porque habían serpientes, era zona de la serpiente Sancarranca. ¡Joder, serpientes, que miedo, no! Ya moría de solo imaginarme verlas, miraba por todas partes y en especial por donde transitaba, estaba muy agreste, lleno de hierbas y maleza que tupía el camino. De pronto con toda esa locura de las serpientes, recordé a una amiga que está estudiando su doctorado en España, precisamente en Granada. Estudia a todos los animales posibles o algo así; pero mucho más a las serpientes, le encantan, eso es lo que me dijo, y tiene muchas fotos con muchas serpientes, que cuando veo sus fotos con estos seres tan desagradables para mi, incluso ahora que solo estoy escribiendo, ya se me eriza la piel… y bueno, pensé que si estuviese con nosotros, tal vez al escuchar lo que dijo aquel agricultor, estaría feliz y hasta buscando ese famoso y temerario reptil, o sabe Dios qué haciendo, pues es una chica aventurera.

Lo cierto es, que a pesar del susto lo pasamos mejor que nunca. La naturaleza es hermosa. Cascas no es del todo fea. Se podría decir que el pueblo un poco, sí; pero sus alrededores son muy bonitos, porque hay gran vegetación, agua y mucho sol.

Así que si tienes espíritu aventurero y ganas de darte una buena bronceada, caminar, comer rico, disfrutar de la naturaleza en general, pues ahí te espera aquel pueblo llamado Cascas, a mil metros sobre el nivel del mar y a tres horas de la ciudad de Trujillo.

18 de marzo de 2010

Hay esperanzas...

Luego de 2 años que regreso a Cascas, la ciudad del vino y la uva, la ciudad del sol, etc. Pero más que ciudad parece un pueblo, una comuna o una comarca. No parece la capital de una provincia.

Lo básico de ropa a la mochila y lo mismo con mi neceser. Enrumbé a la agencia Tour Cascas y compré mi pasaje, aunque tuve que esperar una hora y media porque no sabía los horarios de salida a Cascas.

Decepción total y conformismo por parte mía y de las demás personas, ¿por qué? Porque el bus que nos transportaría estaba sucio, los asientos no tenían cinturones de seguridad, algunos ni se reclinaban y ciertas ventanas ni podían abrirse. Las llantas estaban gastadas. En conclusión, el bus era reviejo; pero gracias a Dios llegamos bien. Aunque a veces pensaba, “si así está por fuera, cómo estará por dentro: el motor, los frenos, los cambios, la dirección, etc.; qué miedo, ¿verdad?

Los primeros quince minutos viajé con el asiento de mi costado libre; pero luego en una parada obligatoria que hacen los buses, la gente empezó a subir y a llenar el bus. Algunas personas ya habían adquirido sus pasajes, mientras que otros buscaban asientos vacíos (la informalidad en mi país es muy grande y es uno de las tantos problemas del Perú)… de pronto una señora de unos 50 años aproximadamente, delgada, de tez blanca pero bronceada por el sol, me pregunta: “señorita, ¿está ocupado este asiento?, la miro por unos segundos y dándole pase para que entrara le digo, “está libre señora”.

De pronto nos pusimos a conversar durante todo el viaje, que duró aproximadamente dos horas y media… la señora se llamaba VM, es casquina como yo. Cuando tenía 24 años, hizo un viaje a la ciudad blanca, Arequipa, se enamoró de un cusqueño, se casó y fue a vivir a Sicuani, Cusco. Tuvo cinco hijos y con su esposo estuvieron trabajando en la panificadora de su nueva familia, le fue bien por un tiempo; pero como en la mayoría de familias, por las envidias la próspera familia de VM tuvo que salir de Sicuani. Al verse en la nada, tuvieron que regresar a Puente Moreno, Cascas. Ahí se volvieron agricultores, mayormente de arroz. Lucharon por mucho tiempo para darles lo mejor de sus posibilidades a sus hijos. Luego de diez años, su esposo muere de un infarto fulminante. V. por mucho tiempo tuvo que vérselas sola y trabajar más que nunca para su familia, porque sus hijos crecían más al igual que sus necesidades.

Esta señora, volvió a encontrar el amor y de ese nuevo amor tiene dos hijos más. Hace unos años, el mayor de todos dejó de estudiar y prefirió trabajar para de esa manera ayudar a sus hermanas, pues de los siete hijos cinco son mujeres. Su sacrificio valió la pena, porque sus hermanas ya son profesionales y están trabajando, por lo tanto ya están ayudando a su querida y sacrificada madre.

JC trabaja y estudia en la universidad, pronto será un profesional, un ingeniero mecánico. Su madre está más orgullosa que nunca de su querido hijo, de su primogénito. Pues apostó y confió en su hijo quien para nada lo está defraudando.

Al despedirnos, me dio mucho gusto saber y ver que gente tan humilde y tan cerca de nuestra realidad es más peruana que nunca, luchan para salir adelante, se proponen y lo consiguen. Qué lindo ver una realidad tan compleja y tan esperanzadora a la vez.

No todo está perdido. Ese es el Perú profundo. Su gente de alguna u otra manera tratan de salir adelante; pero aún falta el apoyo de nuestras autoridades. Se podría decir que poco a poco el Perú sale adelante y gracias a su pueblo, aunque sería más lindo y efectivo si marcháramos de la mano junto con nuestros representantes.

No todo está perdido, hay esperanzas, sólo hay que perseverar porque el que persevera alcanza.

5 de marzo de 2010

Lenguaje de señas...

Hace unos días estuve en casa viendo q trabajaran bien el acabado de un techo de un cuarto en el tercer piso q lo hicieron mal los anteriores maestros de construcción… bueno, en realidad no es que estuviese a mi monitoreo, papá también estuvo ahí, pues en realidad esas son cosas que entienden más los hombres, y yo como que estaba un poco perdida porque me hablaban de caídas, codos, canaletas, conexiones de cables, fierros, arena, cemento, etc. Cosas que en realidad a mi no me interesan.

El caso es que uno de los asistentes, no me di cuenta hasta el segundo día de trabajo, era sordomudo, mejor dicho, es sordo pero sí puede hablar, o sea, no tiene ningún problema en las cuerdas bucales; pero como desde pequeño fue sordo nunca aprendió a hablar ni a generar los sonidos… y bueno, pensé, claro, ahora entiendo porqué no me respondía bien cuando le decía o le preguntaba algo… que idiota fui, verdad?

Me causó bastante curiosidad, puesto que nunca he tenido un conocido, o un amigo o contacto alguno con un sordomudo… en su hora de descanso del tercer día nos pusimos a platicar, mejor dicho gesticular y nos fuimos entendiendo cada día mejor. Él no sabe comunicarse a través del lenguaje de señas; pero si uno le hablaba despacio podía entendernos. Cuando quería hablar emitía unos sonidos como si fuese un bebe grande, a veces tan fuerte que daba un poco de temor, por supuesto que èl no sabe lo fuerte de su voz.

Es interesante pero estresante comunicarse con una persona sordomuda puesto que no sabes su idioma. Pero debe ser fascinante aprenderlo y comunicarse. Me recuerda a una serie gay que transmitían en el canal Sony, pues la protagonista tuvo que aprender ese idioma ya que su novia era sordomuda. Y la verdad que aprendí algunas de esas señas como: te amo, te odio, tú y yo unidos siempre, fuck you, ya no estarás sola, me voy, y una que otra más como los días de la semana y los meses… demasiado rápidas las señas para la agilidad de mis ojos je, je, je…

15 de enero de 2010

Sin visa...

Hace unos meses me presenté en la Embajada de Estados Unidos de Norteamérica, y me negaron la visa. Yo solo quería la visa de turista para poder viajar con mi novio, pues habíamos planeado en pasar navidad y año nuevo por la helada y cosmopolita ciudad de New York. Pero bueno me rechazaron la visa, así que los planes se nos cayeron.

En fin, el tema lo volvimos a tocar este fin de semana, pues habíamos invitado a almorzar con la familia a un primo que vive en Virginia del Norte y que vino a pasar navidad y año nuevo con su mamá, quien es mi madrina. El tema se dio porque mi primo me dijo que lo visitara pasando el invierno. Y recordé y les conté que me negaron la visa.

Esperaré unos meses y volveré a intentarlo, tal vez la situación de Estados Unidos de Norteamérica y la mía para ese entonces cambie.

Tierra del Tío Sam, allá voy, así ustedes no quieran ja, ja, ja… hablando de eso, como ilegal nunca. No entiendo porqué la gente arriesgan tanto sus vidas, lo digo por la gente que cruza por la frontera de Mexico. Gente de todas partes llegan a esa frontera tan grande e intentan cruzar al otro lado, al país de las oportunidades; pero en realidad las oportunidades, si bien es cierto hay pocas oportunidades; pero tampoco es que no las haya en nuestros países, simplemente es que tenemos vergüenza de trabajar en lo que en USA si lo haríamos.

7 de enero de 2010

Casi año nuevo en casa...

Después de la navidad, estuve jugando baloncesto con unos amigos, punto de play off, parque cerca a mi casa. Y en uno de los tantos partidos, no hice calentamiento previo y de frente a jugar… como bien saben, el baloncesto es un poquito fuerte, que en una de las tantas entradas que hice, mi hermano, que también estaba jugando con nosotros, salió a marcarme, y para evitar el contacto hice un mal movimiento… auch! se me desgarró el músculo del muslo derecho. Estuve con un dolor bárbaro que a pesar del medicamento no me pasaba, con las justas podía mover la pierna derecha, no podía creer, estaba lisiada.

Lo más triste es que creía que se me arruinaría la salida por fin de año. Bueno, la mayoría de los años siempre viajé con amigos, familia o con mi novio; aunque esta vez no pasé año nuevo con mi amore, ya que por el trabajo no pudo viajar. Es una lástima, pero así suceden las cosas.

Así que, al recuperarme que fue gracias a una inyección que me hiciera mi hermano, la noche vieja la pasé primero en casa de mi hermano con sus amigos y luego ya con mis amigos que tampoco tuvieron la intención de salir de Trujillo, ya que normalmente los viajes que hacíamos para esta fecha eran al norte peruano, como Máncora, Colán, Zorritos, Órganos, Vichayito o Punta Sal. A mi parecer, son las mejores playas del Perú.

Hubieron varias alternativas desde una parrillada con previa cuota por supuesto, reunión en la casa de playa de una amiga, reunión en casa de una prima que a la vez celebró su cumpleaños y año nuevo, o sea bomba asegurada, y lo otro era acampar en la playa de Huanchaco que está cerca a Trujillo, como a veinte minutos de la ciudad…

A las finales fuimos a la fiesta que organizó El Golf y Country Club. Me recuperé lo suficiente como para poder estar con la gente, brindamos, bailamos y pasamos una buena fiesta de fin de año. Pensé que no me divertiría pues no soy muy buena en las fiestas sociales, pero la verdad que lo pasé bravazo.

Ahora segura de que este año 2010 será muchísimo mejor que los anteriores.

Felicidades para todos y lo mejor para este 2010.

Algo más que navidad!...

Navidad y Año nuevo, las festividades más esperadas por la mayoría de los cristianos. Diciembre, mes en que más que nunca las compras y gastos aumentan se triplican. Comprar regalos para los amigos y la familia, siendo los más pequeños quienes disfrutan más.

Pero en realidad, ¿somos conscientes de lo que celebramos o lo que representa la Navidad?

Ahora, en este mundo tan frívolo o tan banal y pasajero; pero por supuesto que no somos conscientes. Solo esperamos la navidad porque vienen los días feriados y alertan o avisan que ya estamos a una semana de empezar un año nuevo y por ende en algunos países empezarán las vacaciones y verano, o simplemente para otros, tendrán un feriado largo.

Hasta hace casi dos años, mi madre amada, quien ya se encuentra en el cielo, para Navidad, no nos obligaba; pero sí nos decía que vayamos a la Iglesia a escuchar misa. Por supuesto que no todos íbamos, pero ella era feliz con que nosotras, sus hijas, sí estuviésemos en misa con ella y papá. Hoy en día, solo papá es quien va a misa. El resto de la familia, está más preocupada en envolver los regalos y en preparar la cena.

Doce de la noche del 25 de diciembre, hacemos una pequeña oración recordando el Nacimiento del Niño Jesús y también agradeciendo que aún estemos unidos y con salud estable. Nos saludamos con un fuerte abrazo, brindamos y repartimos los ansiados regalos. Luego disfrutamos de una rica cena navideña, preparada por mi cuñada, la mayor de todas. Mientras voy cenando empiezan los mensajes y las llamadas al móvil de la familia como de los amigos.

Los más pequeños, emocionados por recibir sus regalos, caen rendidos de sueño, mientras nosotros los más grandes, disfrutamos de un buen vino tinto y otros de un buen pisco con hielo, y como en toda navidad, recordamos momentos tristes y alegres. Esta vez fueron más alegres, porque ya nos hicimos a la idea de que mamá, el amor más grande de la familia, no estará más con nosotros, pero sabemos que está en el cielo cuidándonos.

Navidad, es momento en que las familias tratan de estar más unidas o mejor dicho tratan de reunirse. Aquellos familiares que están viviendo en diferentes ciudades o países, hacen hasta lo imposible por llegar a tiempo y reunirse. Más que nada en los hogares católicos y cristianos. Digo esto, porque Navidad, quiere decir, “Nacimiento del Niño Jesús”, y somos los creyentes quienes más celebramos esta fecha. Cada uno a su manera, con poca fe o mucha fe, o simplemente como una costumbre.

La Navidad debería de ser todos los días, no por los regalos, sino por el amor y cariño que en esta fecha nos deseamos. Y porque aparentemente, los hombres están más sensibles y son más caritativos con quienes más lo necesitan.