15 de enero de 2010

Sin visa...

Hace unos meses me presenté en la Embajada de Estados Unidos de Norteamérica, y me negaron la visa. Yo solo quería la visa de turista para poder viajar con mi novio, pues habíamos planeado en pasar navidad y año nuevo por la helada y cosmopolita ciudad de New York. Pero bueno me rechazaron la visa, así que los planes se nos cayeron.

En fin, el tema lo volvimos a tocar este fin de semana, pues habíamos invitado a almorzar con la familia a un primo que vive en Virginia del Norte y que vino a pasar navidad y año nuevo con su mamá, quien es mi madrina. El tema se dio porque mi primo me dijo que lo visitara pasando el invierno. Y recordé y les conté que me negaron la visa.

Esperaré unos meses y volveré a intentarlo, tal vez la situación de Estados Unidos de Norteamérica y la mía para ese entonces cambie.

Tierra del Tío Sam, allá voy, así ustedes no quieran ja, ja, ja… hablando de eso, como ilegal nunca. No entiendo porqué la gente arriesgan tanto sus vidas, lo digo por la gente que cruza por la frontera de Mexico. Gente de todas partes llegan a esa frontera tan grande e intentan cruzar al otro lado, al país de las oportunidades; pero en realidad las oportunidades, si bien es cierto hay pocas oportunidades; pero tampoco es que no las haya en nuestros países, simplemente es que tenemos vergüenza de trabajar en lo que en USA si lo haríamos.

7 de enero de 2010

Casi año nuevo en casa...

Después de la navidad, estuve jugando baloncesto con unos amigos, punto de play off, parque cerca a mi casa. Y en uno de los tantos partidos, no hice calentamiento previo y de frente a jugar… como bien saben, el baloncesto es un poquito fuerte, que en una de las tantas entradas que hice, mi hermano, que también estaba jugando con nosotros, salió a marcarme, y para evitar el contacto hice un mal movimiento… auch! se me desgarró el músculo del muslo derecho. Estuve con un dolor bárbaro que a pesar del medicamento no me pasaba, con las justas podía mover la pierna derecha, no podía creer, estaba lisiada.

Lo más triste es que creía que se me arruinaría la salida por fin de año. Bueno, la mayoría de los años siempre viajé con amigos, familia o con mi novio; aunque esta vez no pasé año nuevo con mi amore, ya que por el trabajo no pudo viajar. Es una lástima, pero así suceden las cosas.

Así que, al recuperarme que fue gracias a una inyección que me hiciera mi hermano, la noche vieja la pasé primero en casa de mi hermano con sus amigos y luego ya con mis amigos que tampoco tuvieron la intención de salir de Trujillo, ya que normalmente los viajes que hacíamos para esta fecha eran al norte peruano, como Máncora, Colán, Zorritos, Órganos, Vichayito o Punta Sal. A mi parecer, son las mejores playas del Perú.

Hubieron varias alternativas desde una parrillada con previa cuota por supuesto, reunión en la casa de playa de una amiga, reunión en casa de una prima que a la vez celebró su cumpleaños y año nuevo, o sea bomba asegurada, y lo otro era acampar en la playa de Huanchaco que está cerca a Trujillo, como a veinte minutos de la ciudad…

A las finales fuimos a la fiesta que organizó El Golf y Country Club. Me recuperé lo suficiente como para poder estar con la gente, brindamos, bailamos y pasamos una buena fiesta de fin de año. Pensé que no me divertiría pues no soy muy buena en las fiestas sociales, pero la verdad que lo pasé bravazo.

Ahora segura de que este año 2010 será muchísimo mejor que los anteriores.

Felicidades para todos y lo mejor para este 2010.

Algo más que navidad!...

Navidad y Año nuevo, las festividades más esperadas por la mayoría de los cristianos. Diciembre, mes en que más que nunca las compras y gastos aumentan se triplican. Comprar regalos para los amigos y la familia, siendo los más pequeños quienes disfrutan más.

Pero en realidad, ¿somos conscientes de lo que celebramos o lo que representa la Navidad?

Ahora, en este mundo tan frívolo o tan banal y pasajero; pero por supuesto que no somos conscientes. Solo esperamos la navidad porque vienen los días feriados y alertan o avisan que ya estamos a una semana de empezar un año nuevo y por ende en algunos países empezarán las vacaciones y verano, o simplemente para otros, tendrán un feriado largo.

Hasta hace casi dos años, mi madre amada, quien ya se encuentra en el cielo, para Navidad, no nos obligaba; pero sí nos decía que vayamos a la Iglesia a escuchar misa. Por supuesto que no todos íbamos, pero ella era feliz con que nosotras, sus hijas, sí estuviésemos en misa con ella y papá. Hoy en día, solo papá es quien va a misa. El resto de la familia, está más preocupada en envolver los regalos y en preparar la cena.

Doce de la noche del 25 de diciembre, hacemos una pequeña oración recordando el Nacimiento del Niño Jesús y también agradeciendo que aún estemos unidos y con salud estable. Nos saludamos con un fuerte abrazo, brindamos y repartimos los ansiados regalos. Luego disfrutamos de una rica cena navideña, preparada por mi cuñada, la mayor de todas. Mientras voy cenando empiezan los mensajes y las llamadas al móvil de la familia como de los amigos.

Los más pequeños, emocionados por recibir sus regalos, caen rendidos de sueño, mientras nosotros los más grandes, disfrutamos de un buen vino tinto y otros de un buen pisco con hielo, y como en toda navidad, recordamos momentos tristes y alegres. Esta vez fueron más alegres, porque ya nos hicimos a la idea de que mamá, el amor más grande de la familia, no estará más con nosotros, pero sabemos que está en el cielo cuidándonos.

Navidad, es momento en que las familias tratan de estar más unidas o mejor dicho tratan de reunirse. Aquellos familiares que están viviendo en diferentes ciudades o países, hacen hasta lo imposible por llegar a tiempo y reunirse. Más que nada en los hogares católicos y cristianos. Digo esto, porque Navidad, quiere decir, “Nacimiento del Niño Jesús”, y somos los creyentes quienes más celebramos esta fecha. Cada uno a su manera, con poca fe o mucha fe, o simplemente como una costumbre.

La Navidad debería de ser todos los días, no por los regalos, sino por el amor y cariño que en esta fecha nos deseamos. Y porque aparentemente, los hombres están más sensibles y son más caritativos con quienes más lo necesitan.