
Cómo podría olvidar ver a mi madre cocinando o cuidándome, observar la mirada severa de mi padre, recibir los consejos de mis hermanos, percatarme que mi madre no comía para dejarnos a nosotros hacerlo. Cómo podría olvidar que mis pensamientos eran de párvulo pensando en ser supermujer, para soñar por las noches en los juegos del día siguiente.
Cómo podría olvidar los regaños de mi padre sin causa justificada, de acuerdo conmigo, dejándome triste para ir a refugiarme al regazo de mi madre. Cómo podría olvidar aquellas navidades llenas de regalos y con toda la familia reunida en casa. Fueron los mejores años de mi vida.
Cómo podría olvidar esos momentos de amor, sin preocupación, llenos de felicidad. Pues como niña que era, sólo pensaba en jugar, comer y correr a los brazos de mi madre.
¿Cómo podría olvidar? ¡Jamás!, porque los momentos hermosos, ¡jamás se olvidan!