29 de agosto de 2012

Hasta que un buen día, maduré...

Creo que aún estoy a tiempo de cambiar lo que soy. Idearé todo por engañarme, me diré una y mil veces que no soy así, que esa persona dura no puedo ser yo, y trataré de persuadirme de mil maneras para creer que puedo cambiar y ser esa alma idílica y magnánima que todos pensamos ser en el fondo... Esos valores invisibles que por la vida dura dejamos de lado, invisibles como el aire o como el amor que no se ve pero se siente mucho.

Mentiría si digo que lo lograré, pero por el sendero de la vida aprenderé a valorar mi esfuerzo y me querré un poco más, sin egoísmo. Descubriré que perdonando es más fácil perdonarme a mi mismo y eso me hará recuperar lo que fui, reforzando esos valores que parecen olvidados. Siendo esos valores las armas que esgrimiré para desafiar a la vida y sus tentaciones, poco a poco me iré descubriendo más y más fuerte, hasta que por fin un buen día, uppss maduré...!