8 de abril de 2011

Caminito es tango, Caminito es vino...

Depender del plan y horario de una agencia de turismo, para mí, es fatal. Pues muchas veces por el tiempo no he podido disfrutar lo suficiente de aquellos lugares peculiares y que hacen distinto un lugar de otro.


El día libre que nos dieron para ir de compras o de shopping mall, decidimos regresar al barrio de La Boca, aquel lugar bohemio y pintoresco más conocido como Caminito, el más visitado por los turistas. Y nosotros más que encantados, estábamos felices de estar en un lugar como éste.


Caminito es el antiguo representante de los inmigrantes de La Boca, es también una representación del génesis del Tango. Con algo italiano, su pasión, su estilo, su arrogancia, el espectáculo, los sentimientos de nostalgia y añoranza (por la patria, Italia) y, por supuesto, las letras que contienen mucho el dialecto porteño (mezcla de español e italiano).


Como en cualquier zona turística de una ciudad, la puesta en escena de lo “local” es mucho más marcada, Caminito es también una puesta en escena de lo que habitualmente suele ser definido, en esos términos, como “argentino”. En esa representación, se mezclan parejas bailando tango, pinturas de gauchos, tapices con niños vestidos con chullo, artesanías con dibujos de su cultura indígena, la efigie del Che Guevara, los bares de madera, etc.


Cuando estábamos paseando por Caminito, percibimos la esencia del tango en todos sus rincones. Lo demostraban así los artistas, músicos y bailarines callejeros, los tangos que suenan en todos sus bares y restaurantes, los souvenirs de tango que se venden por docenas en la gran mayoría de tiendas que Caminito ofrece. Puede ser que todo esto parezca demasiado pero en realidad así lo es. Vale una buena recorrida fotográfica, ya que muestra las distintas construcciones de su identidad portuaria e inmigrante, recreando los viejos conventillos pintados con colores vivos y atrayentes.


Cuentan que fue un vecino quien decidió limpiar y recuperar el terreno, pidiendo ayuda al pintor Benito Quinquela, quien bautizó la calle de 100 metros como “Caminito”, por el famoso tango en esa época, de Gabino Coria y Juan de Dios.


Actualmente la calle Caminito, es una calle peatonal que funciona como un gran museo al aire libre, entretenido y más que saludable.


Caminito, es tango, pinturas, cafés, restaurantes, carnes y deliciosos vinos.