Después de una semana dura de trabajo con poco tiempo para casi nada, siendo sábado, tenía algo de cansancio mental y físico, sobre todo del primero. Del cansancio físico se ha ocupado la gripe, que ha hecho sus estragos, aunque ya esté recuperada. Aún así, salí a dar, en principio, una vuelta rápida, tomar algo y regresar pronto, pero como siempre, o casi siempre que se dice o piensa, el pronto se convierte en largo, y bueno, dale!, que nos tomamos otra, vamos a este otro sitio, y así entre risas y demás peripecias de la noche, miras el reloj y ves las cinco, entonces, sin ser consciente de ello te das cuenta que está sonando de fondo una canción que te gusta, te estás transportando, te estás evadiendo, las risas de momentos antes han pasado a una mueca en los labios y a una mirada perdida. Sí, estoy en mi mundo, estoy y pienso cómo se puede estar tan lejos de alguien y tan cerca a la vez. La noche estuvo bien, pero me faltaba algo y no sé que era, aunque creo que me faltabas tú, momentos después, tengo esa sensación de levitar recordando momentos contigo. Sí, creo que el alcohol me ha hecho estar en esa fase jaja... alguien me pide un cigarro y rompe el momento, rompe mi momento, vuelvo a la realidad del bar, a la realidad de mis amigos, a la realidad de la gente que me rodea... Y creo que ya es hora de ir a casa.