18 de diciembre de 2008

La vida es hoy...

Hay etapas en nuestras vidas en las que pensamos que todo está dicho, que todo está escrito, que no hay más que experimentar, que todo está bajo control, que nunca más lloraremos o quizá nunca más sonreiremos; pero la vida es tan sabia, que nos enseña en el camino lo tan equivocados que podemos estar, nos pone nuevas experiencias, nuevas vivencias, nuevas personas, grandes sonrisas y también abundantes lágrimas y saben por qué?, porque aún estamos con vida! y mientras sea así, habrán muchas cosas que compartir, muchas vivencias por las que sonreír, muchas penas que sufrir, pero siempre valdrá la pena vivirlas, porque nos regalaron una mirada, una sonrisa, un gesto, una caricia y lo experimentado en nuestras vidas, servirá tan solo para afrontarlo con serenidad y fortaleza, porque las caídas te enseñan, pero jamás te deben derrotar, siempre habrá un motivo para avanzar, para quererte levantar y sentir que hay un mañana que espera por nosotros con la mejor actitud ante las cosas, porque solo así disfrutaremos de pequeñas dosis de felicidad, porque solo viviendo podremos recordar, añorar. Pues con los años nuestra juventud se va desvaneciendo y solo van quedando los recuerdos, la nostalgia lo q pudimos disfrutar y los que no arriesgaron y decidieron privarse de más, solo les quedará la frustración de no haber entendido q "ésta es la vida" y solo hay que caminar. Muchas lágrimas se quedarán en el intento, pero también valdrán la pena, porque si lloramos es porque hemos sentido, porque fuimos felices, porque en algún momento fuimos merecedores de esa emoción que se siente al entregar todo lo mejor de nosotros y dejarnos llevar.

Que sirva lo vivido como lección de madurar, de pensar mejor las cosas, pero JAMÁS de privarnos de la magia que se siente al soñar, pues solo soñando se lucha, se arriesga y se encuentra lo que siempre quisimos lograr. Que nadie nos robe nuestros sueños, que nadie nos quite la ilusión, que nadie nos diga que no tenemos derecho a vivir esta vida con absoluta convicción, y que a pesar de los fracasos, siempre habrá algo mejor.