Pero no todo es malo. También hay cosas risibles, lindando con lo surrealista. Por ejemplo, esa inexplicable obsesión que los chiclayanos tienen por el Señor de Sipán. Porque pareciera que, estos remotos descendientes del soberano de Huaca Rajada, despertaron al mundo el día que Walter Alva descubrió la famosa tumba real, en 1988. Desde entonces, todo ha pasado a denominarse “Sipán” o “Señor de Sipán” en Chiclayo y alrededores. Ya sé que es un tema de estrategia de mercadeo y que, “en nombre del turismo y la promoción turística del Perú”, todo se puede aunque sea, huachafo y de pésimo gusto. Pero parece que la imaginación y el ingenio no tienen mayores recursos. Quizás el calor extremo, o el excesivo consumo de zapallo loche, limitan la inteligencia y creatividad de esta gente. No sé.

Avisos luminosos de neón, letras de bronce que brillan bajo el sol, figuras horribles, letreros feísimos, muñecos feos que parecen monigotes emulan la alta investidura de este soberano precolombino. Y los nombres, para todo tipo de gusto y necesidades: Sipán Tours, Caja Sipán S.A., Hotel Gran Sipán, Grupo de Danzas Peruanas Sipán, Sandalias Sipán, Sipán Constructores S.R.L., Sipán Gas E.I.R.L., Pastelería Señor de Sipán, Renovadora de Calzado Sipán, Universidad Señor de Sipán, Dulcería Sipán. Me parece haber olvidado Chifa Sipán y la Agencia Funeraria Señor de Sipán, que no los he visto con mis propios ojos, pero que me parta un rayo si no existen en algún lugar recóndito de esa ciudad.
Google registra alrededor de 133,000 resultados con el nombre de “Sipán”. También está el Hotel Šipan, situada en una remota isla croata en aguas del Mar Adriático, que no tiene nada que ver con el personaje mochica, por cierto. Pero esa es otra historia.
Sin embargo, el tema no queda ahí. No contentos con bautizar a cuanto negocio, o institución pública y privada con el título del otrora poderoso noble enterrado en Huaca Rajada, las autoridades regionales, provinciales y distritales no se les ocurrió mejor idea para impresionar y/o divertir a la comitiva de periodistas extranjeros que asistieron al Fit Perú 2008 (Feria Internacional de Turismo), con unas 15,473 escenificaciones del Señor de Sipán y omnipresente imagen junto a su real comitiva. En realidad fueron cuatro, sin contar con la exhibición permanente del Museo Tumbas Reales de Sipán. Pero si tomamos en cuenta que la feria de turismo duró cuatro días, ya pues, es un abuso. Pregunto entonces, qué habría hecho el Señor de Sipán si viviera en estos tiempos y comprobase la forma tan grosera y barata en que corrompen su imagen divina con fines tan mercantilistas? ¿Discoteca “Señor de Sipán”? Por favor.
¡Oh poderoso Señor de Sipán, descendiente de la divinidad alada de Ñaylamp!
aplaca tu ira y…. mándelos a degollar a todos!