Me he perdido en un “mar” de palabras, con olas formadas de sentimientos imprecisos. Estoy algo confundida, pero estoy tratando de buscar algo muy especial. No sé si algún día he de encontrarte; pero creo ya no depende de mí. No estoy segura por qué te vi. Desde el primer momento sentí hablarte como si te conociese de años.
Qué tiene esta persona? En lo particular creo porque es más humana que muchas que conozco. La he visto sonreír y matarse de risa. Trabajar duro. Preocuparse por crear un ambiente propicio y la buena onda de todas las personas que la rodean. He visto su firmeza para tomar decisiones, y una gran fortaleza para sostenerlas. He visto su preocupación cuando las cosas no salen como las había organizado o pensado. Pero también no baja los brazos ni en su trabajo y menos en su familia.
Aunque ella no se dio cuenta, vi su dolor, vi sus ojos llenarse de lágrimas, aunque estas nunca pudieron salir, estaban ahí, clamando liberarse de la opresión de su piel, pero permanecieron intactas. He sentido latir su corazón por alegrías; pero también latir por angustias muy grandes.
Claro, puedo decir que la he visto, pero no estoy segura de haberla encontrado... Estás?, o no quieres mostrarte. No tengas miedo de que te encuentren, nadie te va a hacer daño. Llorar no es malo, estar angustiada no es lindo, pero es inevitable. Triste sería no encontrar a una persona que te escuche, que te comprenda, que te entienda y que esté contigo. Sufrir en soledad, es triste.
La tristeza y el llanto son una debilidad pero nos hace más sensibles, y nos hace más personas. Por el contrario, estos sentimientos nos permiten acercarnos a ciertas personas en donde, los abrazos, los besos, las caricias nos reconfortan y nos tranquilizan. Cuánto vale ese afecto?
Este “mar” resulta fácil de ver; pero resulta difícil indagar en sus profundidades.
- Pues “mar”, te puedo decir muchas cosas, a veces tratarte bien o mal; pero solo un sentimiento prima y supera a todos, y se puede resumir en dos pequeñas y lindas palabras: “te admiro”.